Para este año, algunos economistas proyectan un crecimiento entre 7 y
12% del PBI; aunque, por lo dicho anteriormente esa cifra será un espejismo. En
unos meses pasaremos esta nueva ola de contagios del COVID 19, llegará la
vacuna y cuando los peruanos respiremos aliviados porque la economía se abrirá
completamente, vamos a encontrar que el país cambió de manera radical.
Muchas empresas de servicios vinculadas a la gastronomía,
turismo o comercio habrán quebrado; la construcción se afectará por la menor compra o alquiler de casa hogar y oficinas; las agroexportadoras -sin
incentivos- habrán dejado de invertir como en años anteriores; los jóvenes que
han abandonado los estudios no encontrarán empleo fácilmente al igual que los
egresados en los últimos años; la clase media ya no tendrá ahorros. En general,
tendremos un escenario de crisis de empleo que abonará a un clima social adverso
a proyectos extractivos como los mineros.
El estado peruano parece no haber realizado modelos de
comportamiento del empleo en la etapa post COVID; tampoco los candidatos
presidenciales dan señales de saber qué hacer con el país y se pierden en temas
mínimos o en elucubraciones abstractas que no aterrizan a nuestra realidad.
La economía del país depende en un 80% de la inversión y
gasto privado y un 20% de la inversión y gasto público; del sector privado depende
el empleo en el país y por ello es importante establecer un mecanismo de promoción
de la inversión que nos haga atractivos para los inversionistas nacionales y extranjeros.
Es destructivo para nosotros que inversionistas nacionales prefieran invertir
en el extranjero por la estabilidad de sus inversiones y que otros países atraigan
inversión que podría llegar aquí y dar empleo formal y de alta calidad a los
peruanos.
A finales de año, el Perú recién será consciente del
inmenso daño que nos hemos hecho, eliminando el moderado
paquete de incentivos que tenía la agroexportación, pero la clase política no
querrá reconocer su error ¿Qué hacer al respecto?
Nos toca tomar medidas audaces, pero con lógica técnica y
económica: debemos establecer, de una vez, en nuestra legislación un beneficio
tributario para la reinversión de utilidades en todos los sectores de la economía
que generen empleo de manera intensiva (agro, industria, pesca, gastronomía, turismo
y construcción) que las empresas de cualquier tamaño solo paguen 15% de
impuesto a la renta para la reinversión de utilidades (la tasa general actual
es 29.5%) esto sería por un periodo de cinco años.
No hay mucha ciencia para determinar el beneficio/costo
de esta medida. Para un año que se podría considerar normal, como lo fue el
2019 (memoria BCR) la recaudación tributaria del país fue de S/ 113 mil millones; de ello, los
ingresos fiscales por impuesto a la renta fueron de S/ 44 mil millones; de ello,
la renta correspondiente a empresas -incluyendo regularización- fue de S/ 25 mil
millones; de ello, los sectores productivos/servicios incluidos en mi propuesta
(beneficio a la reinversión de utilidades) representan aproximadamente S/ 6 mil
millones anuales. Lo anterior, indica que el impacto fiscal de la propuesta que
se plantea es cercano a S/ 3 mil millones anuales. Para referencia, la inversión
en la agroexportación del 2,019, cercana al 15% de la facturación, superó los S/3.5 mil millones ese año; si hiciéramos similar análisis para la construcción, encontraríamos
que el impacto en la inversión es varias veces el monto que el Estado deja de
recaudar; ya que las utilidades reinvertidas se suman al capital que apalancan
las empresas en los mercados financieros.
Con lo anterior, generamos empleo formal y el Estado recibirá
mayor impuesto a la renta (laboral) y a las ventas (consumo de los privados) y lo
más importante es que le dará al país el espíritu de confianza necesario para
la reactivación económica que hará crecer la torta. El Estado no debería buscar
retener una mayor tajada del pastel sino ambicionar que el pastel sea mucho más
grande. No hay que esperar que venga un nuevo gobierno/congreso para que
arregle el problema de crisis del empleo, porque dada la urgencia: es responsabilidad
ineludible de clase política actual.
Ing. Angel Manero Campos