28 de enero de 2023

¿Escasez de alimentos?

 


¿Escasez de alimentos?

ALERTAS Y ALERTAS

Desde la pandemia del COVID 19 nos vienen asustando con titulares de que no habrá alimentos. Lo mismo pasó cuando se triplicaron los precios de los fertilizantes...  ¡¡¡ no habrá alimentos !!!  lo mismo, con este bloqueo de carreteras, y ahora MIDAGRI más SENAMHI: no habrá lluvias, no habrá comida...

Lo cierto es que el Perú es un país fuera de serie; en el niño del 2017 se cortó el abastecimiento del norte, del sur y del centro; y la costa central siguió abasteciendo a Lima; por allí, subió el limón o el tomate; pero, sin dramas de desabastecimiento.

El COVID 2019, lo único que causó fue que sobrara papa amarilla. Los restaurantes son su principal mercado; y estando cerrados, no había demanda y el preció cayó. Dejen de alertar con el "papa amarilla a ocho soles" ... esta papa es demandada principalmente por el segmento medio y alto (menos del 20% del consumo de papa).

El alza de los fertilizantes vino acompañado de un alza espectacular del precio del maíz. En costa se sembró más maiz y menos papa y camote. Es por ello que el precio mayorista de camote amarillo está cerca a 1.50 soles/kilo y la papa blanca a 2.00 soles/kilo; casi el doble de lo normal; pero, ello sigue siendo bajo a estándares mundiales. No es un drama para el consumidor, y ha beneficiado a muchos pequeños productores.

El bloqueo de las vías de enero 2023 en Arequipa e Ica; nos hacía pensar que la cebolla roja subiría tremendamente de precio; sin embargo, está por debajo de 90 céntimos el kilo en mayorista; un precio bajo comparado a años anteriores.

El MIDAGRI nos alerta ahora diciendo que en lo que va de la campaña se han reducido en 20% la siembra de los principales cultivos; sin embargo, su dato es respecto a noviembre del 2022. Ello, los lleva a un error grande porque las lluvias practicamente empezaron en diciembre 2022; y por lo tanto, las siembras se dieron masivamente ese mes. Recién en febrero del 2023 se sabrá oficialmente si se sembró más o menos.

Pero, no necesitamos esperar a febrero para saber qué pasará:

Con todo y problemas; el arroz siempre mantuvo su precio (2.50 soles/kilo en corriente y 2.80 el extra en mayorista); la selva ya representa más del 50% del abastecimiento nacional y allá se siembra invariablemente.

La papa con un precio bueno atraerá más siembras. Tener en cuenta que de diciembre a abril se da el 75% de las lluvias del año en la sierra; y en el peor de los casos, si llueve 10, 20 o 30% menos; igual, la campaña se da. Quienes sufrirían si hay deficit de lluvias en Sierra, es la costa porque bajaría menos agua por los ríos; pero, eso no afecta a la papa de sierra.

La costa, con lo que viene lloviendo se ha dado el lujo de tener una siembra importante de arroz, practicamente se ha sembrado o trasplantado en diciembre y enero 2023. De modo que arroz habrá y a montones; algunos temerán, con razón, que los reservorios quedarán vacíos y no habrá agua para una campaña chica... pero si se da la lógica, llegará abril y los reservorios se llenarán nuevamente. Mientras tanto, la selva mira atentamente, porque ellos pueden sembrar todo el arroz que dejaría de sembrar la costa norte.

El pollo... con precios internacionales de maíz y soja ya casí normales (30% o 40% por encima de lo usual; pero ya no 100 o 150% por encima como fue el año pasado) no representa un riesgo.

El niño costero del 2017; y el alza de los fertilizantes del 2022 sí fueron pruebas muy duras para nuestro agro... y nuestro agro solo estornudó. Lo peor ya pasó, así que no hay dramas.

Angel Manero

15 de junio de 2021

 MANGOS DEL PERÚ 

En el año 2005, siendo gerente de Sunshine Export SAC construimos la planta de mangos congelados, que en ese entonces, era la más grande a nivel mundial.


Ese proyecto fue mi tesis universitaria para optar el título de Ingeniero Agroindustrial; fue todo un reto a superar porque requirió capacitar y especializar a un trabajador en algo que no conocía. Además de los retos de ingeniería y financieros.

Actualmente, Sunshine Export se ha consolidado, ha extendido sus operaciones a otras frutas y continúa siendo una de las principales empresas agroexportadoras de frutas del país y del mundo; pero por encima de todo, representa lo importante que es creer en nosotros: LOS PERUANOS.

Angel Manero Campos.

27 de abril de 2021

Angel Manero - Acción Popular - Debate Agrario 2021

 







25 de enero de 2021

¿QUIÉN RESOLVERÁ EL PROBLEMA DEL EMPLEO?


El Perú experimentó el año 2020 los peores resultados, en el mundo, de desempeño económico y sanitario respecto al COVID 19. El año pasado tocamos fondo y -sin hacer mucho- este año debemos crecer varios puntos porcentuales (el crecimiento se mide con respecto al año anterior).

Para este año, algunos economistas proyectan un crecimiento entre 7 y 12% del PBI; aunque, por lo dicho anteriormente esa cifra será un espejismo. En unos meses pasaremos esta nueva ola de contagios del COVID 19, llegará la vacuna y cuando los peruanos respiremos aliviados porque la economía se abrirá completamente, vamos a encontrar que el país cambió de manera radical.

Muchas empresas de servicios vinculadas a la gastronomía, turismo o comercio habrán quebrado; la construcción se afectará por la menor compra o alquiler de casa hogar y oficinas; las agroexportadoras -sin incentivos- habrán dejado de invertir como en años anteriores; los jóvenes que han abandonado los estudios no encontrarán empleo fácilmente al igual que los egresados en los últimos años; la clase media ya no tendrá ahorros. En general, tendremos un escenario de crisis de empleo que abonará a un clima social adverso a proyectos extractivos como los mineros.

El estado peruano parece no haber realizado modelos de comportamiento del empleo en la etapa post COVID; tampoco los candidatos presidenciales dan señales de saber qué hacer con el país y se pierden en temas mínimos o en elucubraciones abstractas que no aterrizan a nuestra realidad.

La economía del país depende en un 80% de la inversión y gasto privado y un 20% de la inversión y gasto público; del sector privado depende el empleo en el país y por ello es importante establecer un mecanismo de promoción de la inversión que nos haga atractivos para los inversionistas nacionales y extranjeros. Es destructivo para nosotros que inversionistas nacionales prefieran invertir en el extranjero por la estabilidad de sus inversiones y que otros países atraigan inversión que podría llegar aquí y dar empleo formal y de alta calidad a los peruanos.

A finales de año, el Perú recién será consciente del inmenso daño que nos hemos hecho, eliminando el moderado paquete de incentivos que tenía la agroexportación, pero la clase política no querrá reconocer su error ¿Qué hacer al respecto?

Nos toca tomar medidas audaces, pero con lógica técnica y económica: debemos establecer, de una vez, en nuestra legislación un beneficio tributario para la reinversión de utilidades en todos los sectores de la economía que generen empleo de manera intensiva (agro, industria, pesca, gastronomía, turismo y construcción) que las empresas de cualquier tamaño solo paguen 15% de impuesto a la renta para la reinversión de utilidades (la tasa general actual es 29.5%) esto sería por un periodo de cinco años.

No hay mucha ciencia para determinar el beneficio/costo de esta medida. Para un año que se podría considerar normal, como lo fue el 2019 (memoria BCR) la recaudación tributaria del país fue de S/ 113 mil millones; de ello, los ingresos fiscales por impuesto a la renta fueron de S/ 44 mil millones; de ello, la renta correspondiente a empresas -incluyendo regularización- fue de S/ 25 mil millones; de ello, los sectores productivos/servicios incluidos en mi propuesta (beneficio a la reinversión de utilidades) representan aproximadamente S/ 6 mil millones anuales. Lo anterior, indica que el impacto fiscal de la propuesta que se plantea es cercano a S/ 3 mil millones anuales. Para referencia, la inversión en la agroexportación del 2,019, cercana al 15% de la facturación, superó los S/3.5 mil millones ese año; si hiciéramos similar análisis para la construcción, encontraríamos que el impacto en la inversión es varias veces el monto que el Estado deja de recaudar; ya que las utilidades reinvertidas se suman al capital que apalancan las empresas en los mercados financieros.

Con lo anterior, generamos empleo formal y el Estado recibirá mayor impuesto a la renta (laboral) y a las ventas (consumo de los privados) y lo más importante es que le dará al país el espíritu de confianza necesario para la reactivación económica que hará crecer la torta. El Estado no debería buscar retener una mayor tajada del pastel sino ambicionar que el pastel sea mucho más grande. No hay que esperar que venga un nuevo gobierno/congreso para que arregle el problema de crisis del empleo, porque dada la urgencia: es responsabilidad ineludible de clase política actual.

Ing. Angel Manero Campos

25 de noviembre de 2020

¿HAMBRE CERO?

Ya he explicado antes que nuestro agro, orientado al mercado nacional, sufre de una crisis de demanda; la oferta agrícola de la pequeña agricultura crece mucho más que la demanda nacional; esto explica los precios bajos, en promedio, de los últimos años. No nos deberá sorprender que el precio de la papa seguirá ligeramente bajo el 2021, no tan bajo como el 2020 pero lejos del sol por kilogramo en chacra; no nos sorprenda que abril del 2021 inicie con un precio bajo para la quinua en chacra (debido al efecto de una ligera sustitución de plantaciones de papa); la cebolla será otro producto golpeado en precio próximamente y la lista sigue.

Para suerte de la población de las ciudades, los pequeños agricultores del país siguen sembrando, a pesar de la pérdida de los últimos años; siguen sembrando porque culturalmente es inevitable dejar de hacerlo; la chacra es un medio de ocupación de la familia; una forma de ahorro que hace imperceptible el balance de que la alcancía devuelve menos de lo que le echamos; y también está la esperanza, esa ilusión de soñar un año de buenos precios.

El gobierno del presidente Sagasti ha mostrado la buena intención de implementar un programa denominado “Hambre Cero” y aunque no sabemos de los alcances y objetivos, menos del cómo de su implementación; es necesario precisar algunos conceptos básicos.

El Ministerio de Agricultura debe preocuparse de los ingresos de los productores (cantidad y precio) ¿el precio se forma en el mercado? es cierto, pero en el proceso de formación de precios intervienen muchos factores. El negocio de todo productor es la escasez, la relativa escasez es lo que genera mejores precios; la abundancia tira los precios al suelo. Con precios para la papa menores a 30 céntimos en chacra, no hay alta productividad que pueda salvarte, de qué serviría producir 60 u 80 TM de papa por hectárea si el precio de venta no cubrirá el costo de producción unitario.

Para que tengan una idea, el impacto de una buena carretera en el flete puede significar, en el mejor de los casos 10 céntimos menos por kilo en transporte; el impacto de tener el doble de productividad puede significar reducir el costo de producción unitario en 30% como promedio (tener un alto rendimiento también eleva el costo de producción por unidad de área) pero el impacto de la sobreoferta puede hacer caer el precio de venta de un sol por kilogramo en chacra a 20 céntimos, tal como lo ha evidenciado la papa este año. El mayor problema del pequeño productor es el mercado.

No se crea a pies juntillas que la pandemia ha afectado en gran forma el poder adquisitivo para comprar alimentos de la población; el precio minorista del pollo a cerca de 10 soles por kilo es una prueba de que ello no sucede; con la economía en crisis, la gente sigue comprando alimentos del campo; y de otro lado, el pequeño agricultor sigue produciendo en términos agregados más de lo que debiera; en este escenario, continuarán los precios bajos para la pequeña agricultura en los meses siguientes.

Un programa estatal que se dedique a comprar productos del campo en situación de sobreoferta sí puede ayudar a mejorar los ingresos de los pequeños productores; sin embargo, el diablo está en los detalles: la priorización, los mecanismos para hacerlo desde el Estado, y el potencial riesgo moral en las compras hace de esta opción un camino poco probable de éxito.

Lo mejor que podría hacer el gobierno si quiere apoyar en la alimentación de la población más pobre del país, es utilizar los mecanismos del propio mercado; es decir, darle dinero en efectivo a la gente; focalizando mejor la entrega de bonos adicionales. Si quieren ver otras alternativas, se puede dar vales para compra de productos agropecuarios ¿y dónde podrán utilizarse esos vales sin tener que recurrir a los ineficientes mercados de la “chacra a la olla”? es posible utilizar la logística comercial que ya existe, sin mayor gasto y bajos costos de transacción, como “yapea” y similares.

Todo lo anterior asume que el accionar del Estado es eficiente; cuando ya sabemos lo que va a pasar: se va a formar una comisión multisectorial para definir la propuesta; la comisión encargará una gran consultoría (contratarla requiere un mes) que en tres meses presentará un documento de 300 páginas, luego la comisión se demorará un mes discutiendo; luego un mes para elaborar los dispositivos legales que ingresarán a discutirse en los viceministerios de los sectores involucrados; y con suerte pasará a Consejo de Ministros días antes del 28 de julio del 2021 donde con bombos y platillos se presentará el Decreto Supremo que crea el “Programa Multisectorial Hambre Cero” como un piloto con S/ 50 millones de presupuesto para ese año, del cual no se ejecutará nada.

Angel Manero

2 de junio de 2020

ALCALDES Y GOBERNADORES ¿CABEZA DE RATÓN LABORIOSO O COLA DE LEÓN MALTRECHO?

El 16 de marzo empezó el estado de emergencia, y días después, el confinamiento social obligatorio en nuestro país. Para un ciudadano común esta situación le generaba muchas dudas: ¿puedo usar el auto, la bicicleta? ¿escasearán los alimentos? ¿puedo pasear al perro?¿qué pasa si tengo mi consulta médica?¿me pagarán mi sueldo? etc.
Pero definitivamente, más dudas tendrían alcaldes y gobernadores regionales acerca de qué estaba permitido realizar en emergencia y qué es lo que debían hacer. Más aún si los dispositivos legales salían dispersos: cinco Decretos de Urgencia 025, 026, 029, 032, 033 - 2020 más la RM 096-2020-MINSA.
Ante una maraña legal de dispositivos, funcionarios que no podían concurrir al centro de labores, y más dudas que certezas, la parálisis y ausencia de iniciativa ha reinado en la gestión de muchas autoridades. Un caso emblemático es la carencia de oxigeno medicinal en los hospitales y las tardías iniciativas de construcción de pequeñas plantas de producción y envasado de oxigeno que no se sabe cuándo podrán estar culminadas y certificadas.
Los focos de contaminación como los mercados de abastos también han sido un elemento de desconcierto, por un lado el Ministerio de Agricultura pretendía tomar la iniciativa, por otro se quedó inmóvil el ente rector (Ministerio de la Producción) y los responsables de la gestión, que son los Municipios, no estuvieron en capacidad de implementar medidas que puedan aminorar los contagios.
Muy probablemente, el próximo mes, ya se podrá reiniciar las obras de infraestructura paralizadas y empezar las nuevas de la cartera de proyectos de municipios y gobiernos regionales, para enmarcar este proceso se dio el Decreto Legislativo 1486, el Decreto Supremo 044-2020-PCM y la Directiva 005-2020-OSCE/CD. Este marco legal, además de los protocolos sanitarios a tener en cuenta, trae una serie de precisiones acerca del manejo de adelantos, reconocimiento de costes adicionales, manejo de la supervisión, discrecionalidad, plazos y penalidades. Asimismo es necesario tener en cuenta el manejo presupuestal, de dónde saldrá el recurso financiero para cubrir los costes adicionales, hasta dónde se puede reestructurar el presupuesto institucional y hasta dónde esperar recursos adicionales del tesoro público.
Los gobiernos regionales y locales tienen en estos momentos la presión social de la población acerca de tomar medidas para cubrir las falencias que tiene el gobierno nacional en el manejo de la crisis. Desde el Ministerio de Economía se informa que la respuesta del país ante la emergencia es del orden de los S/ 140 mil millones (17% del PBI) sin embargo, nuestra realidad evidencia un caos sin precedentes.
En estas circunstancias, se hace necesaria una real asistencia técnica a todo nivel, para dinamizar la inversión pública, y ayudar en parte, a reactivar las economías locales. Esa asistencia difícilmente provendrá del gobierno central que esta enredado en sus propios cuellos de botella; por lo tanto, se requiere sumar las capacidades que tiene el sector privado para ayudar donde sea necesario.
Por Ing. Ángel Manero Campos

4 de mayo de 2020

MICROECONOMIA AGROEXPORTADORA PERUANA IV


En este artículo vamos a hablar del modelo de negocio de la agroexportación peruana, que desde antes del COVID 19 ya tenía señales claras que debía de reinventarse, dado que la competencia es alta.

En los 90s cuando el espárrago era la estrella pionera de la agroexportación, no importaba mucho el costo de producción, los rendimientos eran naturalmente elevados comparados con los países competidores, la demanda era buena y los precios eran altos. Progresivamente, el Perú fue aumentando oferta y copando su ventana de exportación, ello hizo que los precios bajaran y obligó a las empresas a ser más eficientes; debieron bajar los costos de producción, administrativos y financieros; las empresas que no pudieron hacerlo, simplemente salieron del negocio.

Luego del espárrago, las empresas salieron a diversificar: alcachofas, capsicums, paltas, uvas, mangos, cítricos, y arándanos. Los arándanos fueron un brote de audacia en muchas empresas, que a pesar de los tropiezos iniciales pudieron aprovechar los primeros años de precios altos. La oferta de arándanos peruana, del año pasado, ya superó al volumen exportado por Chile, naturalmente los precios han bajado a niveles chilenos; y si seguimos aumentando oferta vamos a seguir bajando los precios del producto.

La palta por su lado, encontró en la industria del congelado, un elemento que ayuda a no saturar oferta; sin embargo, difícilmente resistiremos 10 mil hectáreas más de palta Hass en costa.

Actualmente, nuestras agroexportadoras están sufriendo para pasar de exportar USD 100 millones anuales a superar los USD 1,000 millones. Se han diversificado en cuanto a productos, algunas en cuanto a zonas de producción (diferentes regiones o países) algunas han comenzado a integrarse comercialmente para llegar más cerca del consumidor final. Pero aceptemos que hemos llegado al punto del "me too" basta visitar la feria "fruit logistic" de Alemania, para ver que los peruanos, en cuanto a agroexportación, tenemos una oferta parecida entre las diferentes empresas. Cuando no es posible diferenciar en cuanto a producto, calidad u oportunidad; solo nos queda competir por precio.

Ya no diferencia tener clasificadora electrónica de tamaño y color, o sensores de maduración, o tener el frío suficiente pre y post empaque; no diferencia tener un costo de producción bajo o el haber automatizado los procesos bajo un ERP; no diferencia tener todos los sellos de calidad, ni un costo bajo de acceso al financiamiento; utilizamos las cajas del mismo proveedor solo con diferente diseño de colores. Nos hemos convertido en un mercadillo donde cada exportador tiene que convencer a su "casera" por que le compre bajando varios centavos el precio de venta.

EL COVID 19 también ha demostrado que ante el reto de la seguridad alimentaria, la oferta de frescos es mucho menos competitiva, en cuanto a logística, que la industria de productos procesados. Para la gente es más práctico stockearse de atún y galletas que de papas y frutas; según estimaciones de IPSOS con datos de la ENAHO a nivel nacional, solo el 52.5% de los hogares peruanos tiene una refrigeradora.

Consolidar el portafolio de productos es importante, así como las zonas de producción, introducir nuevos cultivos es necesario: vendrán los kiwis, las cerezas y alguna fruta amazónica. Sin embargo, éste es un proceso lento de crecimiento y se nos puede pasar la misa de 1 p.m.

Analicemos a las agroexportadoras que facturan más de USD 100 millones anuales, evaluemos sus espaldas financieras, societarias, tendencia de flujos, activos, y su desempeño en el mercado de capitales; quien haya podido avanzar más en levantar capital orgánicamente, lleva la delantera. Los años siguientes serán cruciales para la consolidación empresarial; es decir, empresas grandes comprando a las empresas medianas y pequeñas.

Llegaremos a tener un grupo de empresas agroexportadoras que superen las 50 mil hectáreas plantadas y quiera Dios que no venga un Congreso de la República a querer poner límites a la propiedad de la tierra, cuando tenemos aún muchísimo desierto por irrigar. Hagamos grande al país primero, una potencia productiva y cuando lleguemos al desarrollo, en términos de PBI, podemos ser más agresivos en políticas de redistribución. Primero se crece, se desarrolla, ello permite que haya dinamismo de la economía, más recaudación fiscal y por lo tanto más riqueza para redistribuir.

Pero allí no acabará el proceso de consolidación de nuestra agroexportación, los mercados de fresco y congelados no superan el 3% anual de crecimiento; lo cual nos quedará pequeño. El gran reto y oportunidad es conectarnos más con la industria de alimentos; cómo podemos llegar al consumidor con una oferta "ready to eat" pero con atributos de rica, nutritiva y lo más natural posible.

La industria alimentaría mundial va a mirar progresivamente más al campo y las empresas de frescos van a hacerlo en el otro sentido. Ese proceso, que es probable que tarde más de una década, se materializará con la compra de empresas: el industrial comprará al produce o el produce comprará al industrial, depende de quién crezca más en la década siguiente.

Cuando lo anterior ocurra, el Perú será una de las potencias agroalimentarias del mundo. En todo esto, no debe estar relegada la pequeña agriculturaes trabajo para el Estado articular efectivamente a los pequeños productores con las empresas agroexportadoras que estén en capacidad de asegurar mercado y sostenibilidad al pequeño productor.

Por lo anterior, mi propuesta para la pequeña agricultura post COVID que he explicado en anteriores artículos, es un programa agresivo de Desarrollo de Proveedores para que empresas agroexportadoras y cooperativas puedan hacer competitiva la oferta de pequeños productores, para ello necesitamos invertir como Estado unos S/ 15 mil millones en un horizonte de 10 años y poder intervenir en 1.5 millones de hectáreas.

Por Ing. Angel Manero Campos

25 de abril de 2020

¿TODAS LAS FLORES DE ABRIL?


El 24 de abril, el diario El Comercio publica las declaraciones de la Ministra de la Producción, Rocío Barrios, acerca de que la comercialización de cervezas está permitida durante el periodo de aislamiento social o "cuarentena".

Es de entender que la Ministra Barrios esté preocupada porque las empresas de su sector, tengan la posibilidad de liberar sus stocks. Sin embargo, nos gustaría ver similar preocupación del Ministro de Agricultura, Jorge Montenegro, respecto de la floricultura nacional.

Según la Agrónoma Dina Neumannn, presidenta de la Asociación Peruana de Horticultura Ornamental (APHO) sus gestiones ante el Ministerio de Agricultura para permitir la comercialización de flores, no han germinado; y están próximos a perder el Día de la Madre evento que les significa el 50% de los ingresos del año.

Como sabemos, las flores, al igual que la mayoría de productos del agro, son perecibles y si no se cosechan en el tiempo definido se pierden; y deben utilizarse para abono haciendo compost.

El Perú, hace 50 años era líder de la industria de flores a nivel sudamericano, la Reforma Agraria golpeó fuertemente este sector, motivando que empresarios y especialistas migren a Ecuador y Colombia, ahora estamos en una situación que puede resultar en la demolición total de la floricultura del paísque a la fecha tiene un tamaño de S/ 1,000 millones anuales en ventas.

En este sentido, invocamos al Presidente Vizcarra a permitir la comercialización de flores que son el alimento del alma. Seriamos un país del absurdo, si permitimos el comercio de bebidas alcohólicas y no el de las flores.

Por Ing. Angel Manero Campos