22 de mayo de 2017

Bailando con la más fea

Por Ing. Angel Manero
Director General Agrícola del Ministerio de Agricultura
Ingresé al Ministerio de Agricultura el 6 de agosto del año pasado, con la nueva gestión de gobierno. De allí a la actualidad, ha pasado mucha agua bajo el puente y sobre el puente también. Desde un inicio perfilábamos los instrumentos de gestión, se diseñó SERVIAGRO, AGROJOVEN, Sierra Azul, la nueva estrategia para la promoción de un mercado de semillas, la optimización de la oferta agraria con el nuevo Plan de Cultivo y Riego, la promoción del consumo de nuestros productos en el mercado interno, el sistema de garantía participativo para productos ecológicos, el relanzamiento del banco de germoplasma, la Tasa 1 (1% de interés mensual) para créditos a buenos pagadores etc.
En adición, se creó la Dirección General de Ganadería, y su par, la Dirección General Agrícola para liderar al lado del SERFOR lo pecuario, lo agrícola y lo forestal en todos los niveles de gobierno. Nos preparábamos para disparar cañones en enero del 2017 cuando llegase el nuevo presupuesto; ya que el 2016 prácticamente lo recibimos comprometido.
El baile empezaba, pero en octubre también empezaron los problemas, incendios forestales a granel y consecutivos, se logró controlar la situación; pero en noviembre la sequía empezaba a golpear fuerte. De los incendios, pasamos inmediatamente a trabajar para paliar los efectos de la sequía, declarándose la emergencia hídrica en 37 valles del país.
Sabíamos que en el verano del 2017 vendrían las lluvias y que iban a ser más densas (la misma precipitación estacional distribuida en pocas semanas) pero nadie, ni los expertos, ni los hombres de campo previeron lo que pasaría en febrero de este año: cruentas lluvias, no en la parte media-alta de la cuenca como es normal, sino en la cuenca media-baja. Hemos experimentado avalanchas que tardaban pocos minutos en conformarse, algo que mi abuelo -con más de 80 años de experiencia en el agro- nunca comentó.
En paralelo perdimos dos Vice Ministros, lo cual sin duda afectó a la institución; la tormenta perfecta pero la música continuaba. Adicionalmente, la economía crecía menos, la recaudación se estancaba y en consecuencia tenemos poca holgura fiscal. No hay recursos adicionales para las tareas sectoriales, se prioriza sólo la atención a las emergencias.
Nos tocó bailar con la más fea, pero igual asumimos el reto. Hemos soportado el doble trabajo, la presión mediática, las críticas variopintas, pero seguimos en la pista. Experimentamos que la fea sabía bailar y lo hacía muy bien, pero no importaba ya la música o las miradas a lo lejos, importaba seguir avanzando, socorriendo y también trabajando para el mediano y largo plazo.
Nunca he visto a un Ministro de Agricultura trabajar tanto; y como respuesta experimentamos que las dificultades también traen beneficios colaterales, tenemos un equipo más fuerte. Si pasamos por esto, ya nadie, ni nada nos para.
Ahora vemos el sol luego de la tormenta, hoy se publicó en El PERUANO, el Decreto de Urgencia 007-2017, que establece medidas extraordinarias para la Reactivación Productiva Agraria. Este Decreto oficializa la promesa de entregar un bono de 1,000 soles por cada hectárea severamente afectada a los pequeños productores, establece la extensión del Seguro Agrario Catastrófico a la costa, el inicio de la promoción estatal de los seguros para el crédito agropecuario con un presupuesto de S/ 15 millones, un fondo de S/ 100 millones para poder refinanciar las deudas de productores que tengan dificultades para pagar sus créditos y para coronar: un programa de promoción de siembras de cultivos temporales y de recuperación de plantaciones de frutales por S/ 25 millones con el cual se entregará semillas, fertilizantes, otros insumos y servicios que permitirán apuntalar la reactivación de la capacidad productiva del agro.
Lo anterior se suma a todo el programa de rehabilitación de la infraestructura hidráulica, y lo que más emociona: la nueva infraestructura que tendrá el país con obras de envergadura para represamiento, derivación y canalización de los ríos. A todo esto, la ANA superó las expectativas y será clave para el nuevo diseño de cómo manejar en adelante el recurso hídrico del país.
De modo que, no nos quedamos de brazos cruzados, pocos saben todas las reuniones y discusiones que han pasado para sacar esto adelante, y por eso hoy podemos sonreír, sonreír a pesar de la tragedia vivida; y sentir que la esperanza y la fe se corresponde ahora con medidas concretas.

QUO VADIS PEQUEÑA AGRICULTURA

Por Ing. Angel Manero
Director General Agrícola del Ministerio de Agricultura
La pequeña agricultura abastece el 70% de los alimentos que consumimos los peruanos e involucra a cerca de dos millones de familias; es la principal actividad económica de nuestro sector rural. Su desarrollo depende de tres factores claves: mercado, productividad y externalidades climáticas.
El mercado depende de elementos estructurales como tamaño e ingreso de la población, conectividad y factores transaccionales. El Perú tiene un bono demográfico que ayuda a impulsar la demanda, la economía sigue creciendo, la conectividad mejora y los costos transaccionales tienden a disminuir. Si agregamos un sistema de información que permita evitar la sobreoferta y campañas de promoción comercial (elementos que ya venimos trabajando) podemos tener una expectativa optimista acerca de los mercados.
La productividad requiere atender al cultivo con buenas semillas, fertilización, control sanitario, riego, buenas prácticas culturales y apropiada post cosecha. Aplicar bien lo anterior, requiere de asistencia técnica.
Un agricultor de papa de Huancavelica nunca comprará semillas certificadas si estima que puede haber sequía, si tiene dudas del manejo del cultivo, si no cuenta con abonos, o teme a las heladas.
El agua es nuestra primera preocupación, para eso el programa Sierra Azul está invirtiendo S/ 300 millones a fin de asegurar el recurso hídrico; y esto solo es el comienzo; se viene la etapa de “reconstrucción con cambios” que contempla las inversiones para tener una infraestructura hídrica moderna.
Para ampliar la cobertura de la asistencia técnica hemos implementado SERVIAGRO de la mano con los gobiernos regionales. Estos técnicos en el campo, se suman a la transferencia tecnológica que realizan INIA, SENASA, AGRORURAL, PSI y Sierra y Selva Exportadora.
Es necesario que el agricultor cuente con los insumos suficientes para asegurar un alto rendimiento de sus cultivos. Según el último censo (CENAGRO 2012) solo el 25.3% de los productores usan abonos en cantidad suficiente.  En cualquier sistema de producción (convencional o ecológico) se necesita capital de trabajo para fertilizar apropiadamente; y aquí es necesario el financiamiento.
Según el CENAGRO 2012, solo 1 de cada 10 productores acceden al financiamiento; además 19,890 productores solicitaron crédito y les fue negado. También reporta que el 17.1% de los productores no solicita financiamiento porque no tiene garantías y el 28.5% porque las tasas son muy altas.
La Dirección General Agrícola del MINAGRI, estima que cerca de 100 mil agricultores pueden acceder al crédito en la medida que implementemos esquemas que ayuden a garantizar el financiamiento, mayor acceso a información para que las entidades financieras privadas (IFIs) realicen una apropiada valoración del riesgo crediticio y facilitemos mecanismos de transferencia del riesgo climático.
El Ministerio está desarrollando el Programa TASA 1 (1% de interés mensual/12% de interés anual) este programa combina la utilización de fondos de garantía, fondeo para las IFIs en operaciones estructuradas con mercado asegurado (precio mínimo garantizado) y asistencia técnica de SERVIAGRO. Todo lo anterior respaldado por un seguro al crédito agropecuario (aprobado mediante DU 007-2017) que nos permita transferir el riesgo climático de las operaciones.
Actualmente estamos ejecutando el plan de reactivación agrícola que involucra la atención a 37,500 hectáreas de las regiones más afectadas por las inundaciones, consiste de un bono para capital de trabajo, semillas, fertilizantes, maquinaria, asistencia técnica y compradores. Es un plan articulado con gobiernos regionales, locales y organizaciones de usuarios de riego. Este esquema puede ser sostenible en los próximos años utilizando el programa TASA 1.
Estamos promoviendo los mercados, la productividad y la transferencia de riesgos a fin de facilitar la sostenibilidad de la pequeña agricultura, que va camino a crecer más del 5% anual al 2021.