Entrevista con Jaime de Althaus para informar al país sobre la campaña por la mejora del hospital de ESSALUD Cañete.
Las provincias de Lima tendrán en algunos años una conectividad envidiable para transportar su oferta interna a los mercados. Es por esto que se abren grandes oportunidades para el desarrollo productivo de las provincias altas en particular el desarrollo ganadero (leche y carne) y el cultivo de quinua.
Según el último Censo Agropecuario (IV CENAGRO) el departamento de Lima tiene una superficie dedicada a la actividad agrícola que llega a las 272 mil hectáreas. Ver cuadro 1:

La provincia de Huarochirí presenta la mayor extensión agrícola. Sin embargo, también es la provincia que presenta mayor superficie dedicada a pastos para ganadería (31 mil hectáreas).
El departamento de Lima tiene actividad agropecuaria desde el nivel del mar hasta el piso altitudinal Janca o Cordillera. Es de nuestro interés determinar el área potencial de cultivos actuales que tiene acceso al riego y que podrían ser reconvertidos o sembrarse en rotación con la quinua.
Para efectos de determinar el potencial para la quinua se han identificado aquellos cultivos estacionales de los pisos altitudinales Quechua (2300 a 3500 m.s.n.m.) y Suni (3500 a 4100 m.s.n.m.) que cuentan con acceso al agua de riego. De esta forma se elaboró el siguientecuadro 2:
El departamento de Lima tiene actividad agropecuaria desde el nivel del mar hasta el piso altitudinal Janca o Cordillera. Es de nuestro interés determinar el área potencial de cultivos actuales que tiene acceso al riego y que podrían ser reconvertidos o sembrarse en rotación con la quinua.
Para efectos de determinar el potencial para la quinua se han identificado aquellos cultivos estacionales de los pisos altitudinales Quechua (2300 a 3500 m.s.n.m.) y Suni (3500 a 4100 m.s.n.m.) que cuentan con acceso al agua de riego. De esta forma se elaboró el siguientecuadro 2:

El departamento de Lima tiene un potencial para reconvertir o introducir la quinua como cultivo de rotación, en las zonas altas, de hasta 24 mil hectáreas. De este modo es posible pensar -previo análisis de los mercados- en desarrollar un plan de promoción del cultivo de este grano andino para instalar hasta 10 mil hectáreas en los siguientes 48 meses.
10 mil hectáreas con semillas mejoradas y certificadas, paquete tecnológico y demanda asegurada puede representar ingresos por el orden de los S/. 120 millones para los pequeños productores cada año, mejorando sus ingresos netos en aproximadamente S/. 75 millones anuales y en consecuencia su calidad de vida.
Pero qué se necesita para conseguir esto. En primer lugar, asegurar la demanda y allí está la gran oportunidad de los clientes industriales. En segundo lugar, se debe trabajar la instalación de semilleros y preparar a los técnicos de campo, pasantías para los productores y talleres de capacitación y en tercer lugar, hay que pensar en plantaciones piloto en las 5 provincias priorizadas.
Posteriormente, estaremos listos para utilizar los mecanismos de capitalización existentes como PROCOMPITE y AGROIDEAS para capitalizar y facilitarles recursos a los productores a fin de que instalen plantaciones competitivas.
Se requiere capitalizar a los productores en un promedio de S/. 3 mil por hectárea. Por lo que este programa puede costar S/. 30 millones (en un plazo de 48 meses). Sin embargo se hace por única vez y les cambiamos la vida a cerca de 10 mil familias con todos los beneficios de lo que significa el desarrollo rural para nuestra región y más aún en estas provincias olvidadas.
¿Existen Riegos? Como en cualquier proceso hay que adminístralos, se podrán cometer errores pero los fundamentos existen: tenemos tierra, agua y clima; falta desarrollar el recurso humano y facilitar el capital en un programa regional que debe ser potenciado por el gobierno central.
10 mil hectáreas con semillas mejoradas y certificadas, paquete tecnológico y demanda asegurada puede representar ingresos por el orden de los S/. 120 millones para los pequeños productores cada año, mejorando sus ingresos netos en aproximadamente S/. 75 millones anuales y en consecuencia su calidad de vida.
Pero qué se necesita para conseguir esto. En primer lugar, asegurar la demanda y allí está la gran oportunidad de los clientes industriales. En segundo lugar, se debe trabajar la instalación de semilleros y preparar a los técnicos de campo, pasantías para los productores y talleres de capacitación y en tercer lugar, hay que pensar en plantaciones piloto en las 5 provincias priorizadas.
Posteriormente, estaremos listos para utilizar los mecanismos de capitalización existentes como PROCOMPITE y AGROIDEAS para capitalizar y facilitarles recursos a los productores a fin de que instalen plantaciones competitivas.
Se requiere capitalizar a los productores en un promedio de S/. 3 mil por hectárea. Por lo que este programa puede costar S/. 30 millones (en un plazo de 48 meses). Sin embargo se hace por única vez y les cambiamos la vida a cerca de 10 mil familias con todos los beneficios de lo que significa el desarrollo rural para nuestra región y más aún en estas provincias olvidadas.
¿Existen Riegos? Como en cualquier proceso hay que adminístralos, se podrán cometer errores pero los fundamentos existen: tenemos tierra, agua y clima; falta desarrollar el recurso humano y facilitar el capital en un programa regional que debe ser potenciado por el gobierno central.