23 de septiembre de 2008

La Libertad exporta sus alimentos al mundo


Por Marienella Ortiz

El Comercio - Perú

Era 1990. El ingeniero agrónomo Gustavo Guerrero se preguntaba qué labor podía desempeñar un ingeniero industrial en un campo. En ese entonces trabajaba en Talsa, empresa que introdujo el sistema de riego por goteo en los arenales de La Libertad. Le pidió al industrial que le propusiera una mejora en la cosecha y este le entregó unas líneas de flujo que no le decían nada. Luego entendió que ese ingeniero había cronometrado las diferentes etapas del trabajo para hacerlas eficientes y así reducir costos.

Hoy Guerrero trabaja como gerente de producción en Camposol, la primera exportadora del país, y no solo necesita de los ingenieros industriales, también de economistas, abogados, asistentes sociales, y más. "Tuvimos que volvernos una fábrica, con procesos fijos", reseña.

Las empresas agroindustriales de La Libertad, generan un impacto en la economía regional y nacional. Los envíos de estas empresas representan el 25% de nuestra canasta agroexportadora.

Han generado un mayor número de puestos de trabajo, calculados en 40.000. Existen más proveedores de bienes especializados en el sector y nuevas empresas de servicios comenzaron a resultar indispensables, como el transporte y los envases de vidrio.

Estas empresas asentadas en los valles del proyecto Chavimochic exportarán este año US$370 millones, un 25% más que el año anterior. La actividad se aprecia ascendente desde hace más de cinco años. En el 2002 se exportaban solo US$77 millones.

La primera fuente de ingreso de la región sigue siendo la minería. Sin embargo, los agroexportadores no dudan de que eso se revertirá en el futuro. Actualmente de las casi 50.000 hectáreas de terrenos administrados por estas empresas, solo están en producción 17.000, las mismas que ya significan millones de dólares en envíos. Además está pendiente la venta de otras 30.000 hectáreas en la tercera etapa de Chavimochic. Para el presidente regional, José Murgia, la curva ascendente de la actividad exportadora no parará por lo menos en los próximos 20 o 25 años.

ESPÁRRAGO DE PLAYA
"Había que domar la arena", recuerda Rafael Quevedo, presidente y fundador de Talsa, respecto al terreno que les tocó manejar. El espárrago blanco fue el primer cultivo en llegar al arenal. Luego llegaron los espárragos verdes, tras vencer el temor de no lograr la intensidad de color conseguido en Ica. Luego, Camposol introdujo las paltas en 1998. Cuatro años después, Danper Trujillo empezó con las alcachofas. Con el paso de los años, el Perú se convirtió en el primer exportador del mundo de espárragos envasados.

Hoy, estas empresas se prepararan para competir con los iqueños en el envío de espárragos frescos, nicho en el que se han especializado sus colegas del sur.

Cada nuevo paso ha significado con el tiempo una mayor demanda de servicios, bienes y de mano de obra. Solo en planilla, Camposol destina al año US$20 millones.

Sumado a la planilla, el pago a proveedores significa para la Sociedad Agrícola Virú un desembolso de US$35 millones en la zona. Para Danper Trujillo, el servicio de transporte que moviliza diariamente 3.000 trabajadores y otros gastos adicionales le significan US$2 millones.

Adicionalmente gastó en el 2007 otros US$2 millones en maquinaria local. Hasta hace unos años, comentó la gerenta general de esa empresa, Rosario Bazán, importaban casi el 100% de maquinaria. Para evitar eso ayudaron a una de las empresas locales a especializarse en suplir sus necesidades. En la actualidad, Faresi es la principal proveedora de máquinas de la agroindustria en la región.

Esa especialización también ocurrió entre los jornaleros y los obreros en las plantas. "Hace 18 años, las personas cosechaban 50 kilos de espárragos al día, ahora han alcanzado una velocidad impresionante de 100 a 150 kilos. En la medida en que se vuelvan más productivos, entonces los sueldos mejorarán", afirma Gustavo Guerrero.

SIN MANO CALIFICADA
Pero la falta de mano de obra calificada sigue siendo un problema. Pese a que la actividad económica de la región está ligada a la actividad productiva, solo el 9% de la población estudiantil opta por una carrera técnica, lo que restringe el crecimiento económico, refiere la Hoja de Ruta para La Libertad, elaborada por Málaga-Webb por encargo del Grupo Empresarial Pro Región La Libertad.

Para alegría de los agroexportadores, Tecsup abrió este año sus puertas con una especialidad de ingeniería agroindustrial. Para el representante de Sociedad Agrícola Virú, Pablo Ferreyros, son necesarias, además, las capacitaciones cortas para el desarrollo de mandos medios, como un evaluador de plaga o un operador de riego.

Con esa mayor capacitación, explica Ferreyros, un jornalero que hoy gana S/.21,5 por día podrá recibir hasta tres veces más ese sueldo. Los ingresos de los trabajadores en campo y planta fluctúan entre los S/.500 y S/.700. Hace cinco años, ese sueldo era S/.400. El nuevo monto ha reducido el volumen de mujeres dispuestas a trabajar como domésticas en Trujillo; prefieren ir a la planta de procesamiento.

Sin embargo, si se observa con una lupa, el nivel de vida de estos trabajadores aún debe mejorar. En la medida en que el crecimiento de la demanda de mano de obra continúe, la rotación laboral se intensificará y las empresas se verán obligadas a mejorar las condiciones laborales. Y esto ya está ocurriendo. Así, quedaron para el olvido los camiones donde eran llevados los trabajadores como ganado, para dar paso a los buses. Se colocaron sillas en las plantas para los trabajadores y en Danper Trujillo se han instalado postas con médicos y psicólogos.

El siguiente paso parece inevitable: ayudarlos a contar con viviendas. Aún con cierta timidez, empresas como Camposol evalúan entregar créditos a sus trabajadores para pagar sus casas. Por sí solos, los poblados alrededor de estas empresas se han transformado de comunidades pequeñas en barrios urbanos. Por el momento aparecieron algunos proyectos inmobiliarios dirigidos a estos trabajadores, como es el proyecto Ciudad Valle del Sol, ubicado en Chao, con una oferta de 2,399 viviendas.

POSIBLE FRENO
El mayor freno a este impetuoso crecimiento de la agroexportación en La Libertad es la falta de agua. Las 17.000 hectáreas que actualmente están en producción cuentan con la dotación exacta. Más hectáreas pondrían en peligro lo actual. De esto es consciente el presidente regional. Murgia resalta que es necesaria la construcción de la presa Palo Redondo, la cual costará US$350 millones. Por el momento, el gobierno regional está a la espera de que el MEF entregue el visto bueno para un estudio de factibilidad. Murgia asegura que, luego de esa autorización, el estudio lo tendrán listo en tres meses y eso permitirá determinar si la obra se entregará en concesión o será una asociación público privada.

Adicionalmente, están pendientes las mejoras en la infraestructura portuaria y aeroportuaria para agilizar los envíos.

Con agua, tierras e infraestructura, las empresas de La Libertad no dudan en seguir creciendo de manera continua en las siguientes dos décadas y con ello inyectando más dinero a la economía de la región y de sus habitantes.

DESAFÍO
Conectar el agro rural
Las preocupación de la región está en que la zona rural no se conecta con el crecimiento económico. En el informe de La Hoja de Ruta de La Libertad, elaborado por Málaga-Webb, se establece la necesidad de invertir en desarrollo vial para lograr esa conexión de las zonas pobres con el mercado.

Además, el informe resalta que es posible rentabilizar la agricultura en Chepén y Pacasmayo, llevar los recursos agropecuarios de Pataz a otros mercados y expandir la producción agroindustrial de Gran Chimú hacia la costa y también a Ecuador y Colombia.

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