Uno de los mayores exportadores de productos orgánicos puede sucumbir ante el avance de los transgénicos.
(Agraria.pe) Los productos orgánicos peruanos se encuentran entre los de mayor demanda a nivel mundial ubicándose en el top ten en el ranking internacional, según informó el Ministerio de Comercio Exterior en diciembre del 2009. Pero este posicionamiento, logrado por la estrategia de marca país, podría sufrir un duro golpe en su potencial de marketing si el ingreso de semillas transgénicas continúa propagándose en nuestros valles peruanos.
Detener esta oleada transgénica que ilegalmente amenaza acabar con nuestra biodiversidad, por ahora parecería imposible.
La ley 27104 o de Prevención de Riesgos Derivados del Uso de la Biotecnología, promulgada en 1999, que tiene como fin proteger la salud humana, el ambiente y la diversidad biológica, aún no cuenta con una debida reglamentación para poder ser realmente efectiva.
Según Ángel Manero Campos, del Grupo Agronegocios, se ha producido un cambio de política en torno a los transgénicos desde el ingreso de Adolfo De Córdova al Ministerio de Agricultura. “El Minag al no tomar una decisión respecto a los transgénicos simplemente está permitiendo que ingresen al Perú”, declara.
La posición en cuanto a los transgénicos ha despertado un enfrentamiento interno entre los oficialistas del Ministerio de Agricultura y la Comisión Agraria del Parlamento.
Para el congresista Miguel Guevara Trelles, presidente de dicha mesa, “el Perú no está preparado para recibir transgénicos. Tenemos mucho que proteger y estudiar. El incremento en la productividad como resultado del uso de semillas transgénicas no está comprobado, entonces por qué experimentar aquí”.
Mientras el reglamento se hace esperar ya se habla de siembras ilegales de maíz transgénico en Barranca, Lima. “La estrategia de estas empresas proveedoras de semillas transgénicas es dejar ingresar sus simientes al país mientras se va extendiendo su uso sigilosamente. Después el gobierno las va a tener que legalizar porque ya su uso estará diseminado por todos lados tal como sucedió en Brasil”, argumenta Manero Campos.
Estos cultivos si bien perjudicarían a buena parte del sector agrario, benefician a otra rama empresarial. Entre ellas se encuentra la multinacional Monsanto (proveedora del 90% de semillas transgénicas que se venden a nivel mundial); las empresas avícolas, que requieren de maíz más barato para alimentar a las aves; y las algodoneras, que tienen que competir a nivel de producción con gigantes como la India.
Pero por qué no se avanza con el reglamento de la ley 27104.
Según Ángel Manero “hay un trascendido de que este reglamento sería favorable al ingreso de transgénicos en ciertos valles, pero como hay una oposición fuerte respecto al tema, todavía no lo publican. Están esperando el momento más indicado para hacerlo”.
Entre la inactividad del gobierno y la invasión transgénica a tierras peruanas se encuentra el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA), organismo responsable de garantizar la sanidad y calidad de la producción agropecuaria, pero que no cuenta con los suficientes recursos presupuestales.
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