Mercedes Aráoz, Al Mercado
Perú 21
Los impuestos al consumo alteran las relaciones de precio y de consumo. Por eso se aplican impuestos selectivos a algunos productos que los Estados consideran dañinos: los combustibles contaminantes, los cigarrillos y al alcohol en las bebidas. Hasta aquí pareciera que la propuesta de un impuesto a la comida chatarra tuviera sentido.
Sin embargo, a los autores les faltó un poco más de análisis económico para ver si su propuesta tenía efectividad. Para que el impuesto selectivo tenga impacto, la demanda debe ser bastante inelástica, pero en el mercado de comida chatarra tenemos mucho de donde elegir. Por consiguiente, el impuesto no podría ser trasladado al consumidor y el único que pagaría sería el productor (fabricantes, cocineros, restaurantes). Así no se lograría reducir de manera significativa la demanda y su único impacto sería fiscal, aunque mínimo.
Para cambiar los hábitos de consumo, debemos trabajar desde los colegios y con los programas sociales , para promover el hábito de comer sano preservando nuestro patrimonio gastronómico.
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