Por: Sandro Fuentes Acurio
Abogado Tributarista
Lunes 9 de Enero del 2012
El Comercio
La llamada comida chatarra suena a mucha azúcar, mucha sal, muchas grasas dañinas, ultra procesadas, emulsificadas, etc. que incumplen el objetivo de alimentar, nutrir, hacer que el organismo funcione bien.
Ahora que se ha puesto de moda, pero no por salubridad sino por su arista tributaria, surge un parangón casual con esos impuestos que no nutren, saturan la actividad económica y hacen que el organismo (el Estado) funcione mal. Así, un impuesto a la comida chatarra será luego un impuesto chatarra.
La discusión no es nueva. En muchos países el debate continúa y en otros ya se aplica, aunque con resultados aún inciertos acerca de su objetivo principal, que es disuadir del consumo. Pero esto ocurre en economías con base de contribuyentes sólida, moderna, informada, homogénea y masiva; para no decir que esto sucede principalmente en países con economías desarrolladas. Y ese no es nuestro caso aún.
Al margen de que la definición para fines tributarios tendría que ser inalcanzablemente exacta para saber a qué alimento, plato o fritanga se le aplica y no vaya a ser que mutatis mutandis nos carguemos una buena parte de la enhiesta gastronomía nacional, lo peligroso es que la comida chatarra no es un fenómeno objetivo. Es una definición hecha por algún funcionario (del MINSA, la OMS o OPS), quien decidirá qué se grava. Así hubiera la mejor voluntad en ello, que no dudo, igual el resultado sería arbitrario.
Colateralmente, si no hay sustitutos a esos alimentos o si el costo solo se eleva pero no disuade, entonces el impuesto será discriminatorio y muy seductora su evasión. Aunado a ello a una gran informalidad, me temo que pasará lo mismo que con el alcohol: a más impuestos, más contrabando o más productores ilegales.
Como pasó con el Flat Tax o los impuestos ecológicos, es útil debatir estas novedades, pero sin apartar la vista de nuestro mapa.
Pero por que una definicion de la OMS respecto a la comida chatarra seria arbitraria? Como lo sabe usted, si es abogado y no medico o especialista en salud publica?
ResponderEliminarDelia Fuentes