11 de mayo de 2011

La realidad convence

Hoy mientras regresaba de viaje escuchaba por la radio el discurso del Presidente García en la Sociedad Nacional de Industrias donde a manera didáctica mencionó la frase "la realidad convence” refiriéndose a que la persona que llegue a ser el próximo gobernante del país una vez asumido el cargo se encontrará con una realidad que le impediría realizar acciones que perjudiquen severamente al país. Esto en parte porque una cosa es evaluar una organización desde afuera y otra muy distinta es evaluarla cuando nos corresponde dirigirla.

Esperemos entonces que nuestra realidad país evidencie en su lectura que es inútil atacar las inversiones cuando por el contrario hay que atraerlas (obviamente con una regulación apropiada). Que nuestra realidad pueda indicar que es un despropósito tener fondos de jubilación administrados por el sector público o que se puedan confiscar fondos previsionales ya que hay herramientas mucho más prácticas para imprimir un impacto subsidiario a aquellas pensiones que puedan resultar muy bajas, que será un retroceso volver a la época del estado empresario. Esperemos que nuestra realidad se esmere en persuadir a que no se puede ir por allí incrementando drásticamente el gasto público corriente dado que además de no aumentar nuestra productividad nos traerá inflación y por lo tanto diluirá el ingreso de todos los peruanos.

Por lo general he dedicado esta columna de opinión a criticar varias propuestas del ejecutivo, pero esta vez y casi finalizando el mandato del Presidente García debo decir que el presidente ha llegado a tener una visión de estadista. Debemos reconocerle el haber podido convertir a su partido político en un grupo que ahora es mucho más promotor de la inversión privada que hace cinco años, la importancia de haber mantenido la estabilidad fiscal y no haber cedido a la tentación del despilfarro del gasto público, de haber promovido la apertura comercial y haber sido promotor de las inversiones. Lamentablemente en agro no hay mucho que destacar.

He sido testigo de cómo el Presidente se ha reunido con mucha gente para recoger sugerencias y propuestas y cómo ha “presionado” a sus ministros para que estas propuestas tengan eco. Claro está que muchos de sus ministros no lo han acompañado en ese ímpetu por el “hacer” pero sin duda el balance de este gobierno es positivo.

Es bueno reconocer los logros de este gobierno porque a tanta crítica se puede pensar que el modelo de desarrollo actual emprendido por el país está equivocado y nos proponen rehacer los cimientos cuando el Perú ha demostrado que tiene uno de los modelos más sólidos de la región (política fiscal, política monetaria y sistema financiero). Modelo que hay que darle un rostro más social, pero cuya columna vertebral debe seguir siguiendo el crecimiento económico basado en la inversión privada.

Pero también está la realidad del otro país, el que está más lejano de la capital y más cerca del campo. Allí donde la realidad convence, pero convence de la crítica a un estado lejano y que podría hacer más por ellos. Es allí quizás donde ha fallado el actual gobierno al no haber promovido decididamente las inversiones de pequeña infraestructura, esa infraestructura que por su tamaño está más cerca de la población.

Pero cuando al Presidente se le dice este “rollo” siempre sale al contra-ataque diciendo que hay un sector culturalmente disconforme y haga lo que se haga siempre perdurará la disconformidad. El Presidente dirá que no queremos ver sus 140,000 obras y abundará con cifras sobre pueblos electrificados, kilómetros asfaltados o celulares vendidos. Tan solo si nuestro presidente fuera más receptivo con la crítica y con más empatía con el sector opositor para entender su “realidad” creo que habríamos avanzando mejor.

Sierra productiva fue una buena posibilidad de hacer pequeñas inversiones públicas, como lo son las pequeñas represas, canales de irrigación, centros de acopio, centros de abastos, caminos rurales etc. Se cayó en un error al dejar que FONCODES se diluyera y que PRONAMACHCS (ahora AGRORUAL) tenga menos protagonismo y por supuesto fallamos en no darle presupuesto y competencias de ejecución a Sierra Exportadora.

La realidad convence, pero mucho depende de la “percepción” del receptor y del “ruido” alrededor del mensaje. El Ministerio de Agricultura ha dado muestras de una “percepción vanguardista” dando vía libre al ingreso de semillas transgénicas sin haber hecho un estudio serio sobre el tema, sin haber convocado a los sectores que estaban en contra de las semillas transgénicas. La realidad se distorsiona a veces y desde las encumbradas cabezas de asesores se puede dilucidar que tal tecnología es buena y por lo tanto hay que implantarla en momentos donde quizás la gran mayoría percibe la realidad de otro modo.

Pero por sobre todas las cosas que bueno que estemos discutiendo sobre transgénicos y no sobre los intentos de una nueva reforma agraria.

Lima, 11 de Mayo del 2011

Angel Manero Campos
Columnista
Agencia Agraria de Noticias

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