En el año 2010 hemos podido presenciar varios “disgustos” de ejecutivos de empresas quejándose que otras empresas del sector intentan jalarse a su personal, lo cual evidencia que hemos llegado a un punto donde el recurso humano especializado se está convirtiendo en un cuello de botella estructural para el crecimiento de nuestro agro.
Es difícil encontrar un profesional comprometido con su labor, adaptado a las condiciones de la vida en el campo y con varios años de experiencia en determinados cultivos. Por lo general hay un proceso de aprendizaje donde los nuevos profesionales forman equipos con los más experimentados y el conocimiento se va transmitiendo en el transcurso de los años, no obstante la tasa de crecimiento de nuestro agro moderno va más rápido que este proceso natural de formación “In House” y porque además la masa crítica de egresados de instituciones “valoradas” por los ejecutivos no es muy grande.
Una vez en la universidad recibí una gran lección de reclutamiento. El profesor nos dijo que una vez superado el filtro de valores y nociones mínimas para ejercer el puesto, debemos elegir al candidato que se sentiría feliz de trabajar en tu empresa, aquel que sienta claramente que estará ascendiendo en la pirámide de necesidades de Maslow.
Dicho lo anterior las empresas agrícolas o agroindustriales tenemos la gran oportunidad de promover a lo más destacado de nuestros cuadros de personal obrero, elegir a los más entusiastas, proactivos y con deseos de aprender para darle una formación técnica especializada. Estos trabajadores llevan varios años de experiencia en las labores y son una oportunidad grande para asegurar nuestro recurso humano del futuro.
Adicionalmente es necesario impulsar la inclusión de talleres agropecuarios en las escuelas secundarias, al menos en los dos últimos años de estudios. Esto principalmente en las regiones de más desarrollo agrícola. Con esto se ayuda mucho a los estudiantes a conocer más del sector agro y también a ir ganando capacidades que le permitan desarrollar mejor una especialización técnica o universitaria una vez acabado el colegio.
Que duda cabe que el Perú tiene mucho por crecer en el agro, actualmente como sector agropecuario somos el 7% del PBI (unos USD 9,000 millones) representamos cerca del 10% de las exportaciones del país. Adicionalmente y lo más importante: somos el sector con más fundamentos para crecer sostenidamente en los próximos 50 años. Tenemos mucho margen para aumentar nuestra frontera agrícola, tenemos potencial para generar más valor a nuestra oferta, somos líderes mundiales en competitividad en varios productos y tenemos un gran espacio para ser más competitivos con más infraestructura, más tecnología y mejor recurso humano.
Al recurso humano normalmente no le prestamos mucha atención y allí volvemos a la importancia de ir formando técnicamente a nuestros mandos medios para los próximos tres o cinco años. Por esto me gusta la idea del Instituto Peruano del Agro, una propuesta de generar un centro de formación técnica especializada y que será promovido por reconocidos profesionales y empresarios del sector. A finales del mes de febrero se estará realizando el lanzamiento.
Angel Manero Campos
Columnista
Agencia Agraria de Noticias
www.agraria.pe
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