Por: Jaime De Althaus Guarderas
Viernes 11 de Marzo del 2011
El Comercio - Perú
Si fuera por el nuevo discurso y la publicidad de Ollanta Humala, y estos no estuvieran desmentidos por su plan de gobierno y por la bancada de rancia raigambre anticapitalista que lleva al Congreso, podríamos estar anunciando la gran noticia de la política peruana: por fin, después de tanto bregar, el Perú ha llegado a un consenso en materia de modelo de crecimiento: no habría ninguna fuerza que piense ahora que hay que acabar con el “continuismo neoliberal” e intervenir el motor del crecimiento, que es obvio que funciona muy bien. Lo que hay que hacer es redistribuir mejor los ingresos fiscales que genera. Si esto fuera cierto, habría desaparecido la última nube que quedaba en el horizonte peruano, y el avance hacia un país sin pobreza se aceleraría aun más.
Pero, aun si los desmentidos arriba mencionados se rectificaran y fuera cierta esta gran noticia, quedaría un tema. Pues, como siempre, el diablo está en los detalles. Resulta que no solo Gana Perú sino, sobre todo, Perú Posible, le impondría a la minería unos impuestos que tendrían el efecto de incrementar en lo inmediato los ingresos del fisco –sí–, pero a costa de los ingresos futuros porque la inversión minera en el Perú se volvería bastante más cara que en nuestros competidores en este terreno y, por lo tanto, tendería a desviarse a esos países. Nuevamente el cortoplacismo a costa del futuro. En efecto, según el estudio “La tributación minera en el Perú” del Instituto Peruano de Economía, la carga tributaria sobre la minería es más alta en el Perú que en todos los países con los que competimos por inversión minera, incluyendo Chile y Australia que recientemente han incrementado regalías e impuestos. Esto sin considerar el riesgo político, que en el Perú es mayor, algo que el Instituto Fraser registra puntualmente.
Por lo tanto, sería un grave error incrementar los impuestos a la minería, y hacerlo solo para financiar promesas populistas sin contraparte de reformas ni de exigencias de calidad. Sería socavar el crecimiento futuro y dilapidar los avances logrados. Además, como señala Kuczynski, estos ingresos van a aumentar por sí solos desde que varios contratos de estabilidad vencerán prontamente, y esas empresas tendrán que pagar regalías. Se trata de incrementar la recaudación gracias a más y más inversión, no a mayores tasas que afecten luego la inversión. Nuestra minería de cobre es todavía la tercera parte de la de Chile, por ejemplo. Tenemos amplio margen para expandir.
El Perú es ahora una estrella del crecimiento mundial. En lugar de arruinarla, hay que aprovechar esa condición sin precedentes para convocar más capitales a fin de alcanzar más rápidamente el desarrollo y la eliminación de la pobreza.
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