El Comercio - Perú
Sábado 5 de Marzo del 2011
Es lamentable que un importante tema como la solución a la deuda generada por la reforma agraria velasquista no haya sido abordado hasta ahora, de modo orgánico y serio, por el Gobierno y la clase política. La mayoría de candidatos tampoco lo ha mencionado, quizá porque no genera mayores votos o réditos políticos.
No obstante, se trata de una obligación ineludible del Estado con aquellos peruanos cuyas tierras fueron expropiadas y confiscadas, por lo cual recibieron bonos hasta ahora impagos. Es más, se ha creado un mercado paralelo y se anuncian procesos judiciales para demandar al Estado este pago.
El país no puede continuar arrastrando por más de cuatro décadas los rezagos de este abuso histórico, heredado de la dictadura velasquista, que además hundió al agro nacional. Sigue costando mucho recobrar orden, producción, productividad y competitividad, lo que solo ha sido posible en los últimos años con un gran esfuerzo del empresariado.
Y, mientras el Tribunal Constitucional se ha pronunciado a favor de honrar la deuda, el Ministerio de Economía ha anunciado una propuesta para las próximas semanas, justo en época electoral.
Sin embargo, por el bien del país, y dado que el problema deberá ser afrontado en la práctica ya por el nuevo Gobierno, sería oportuno que se propiciara un consenso entre los candidatos presidenciales sobre la materia. Ello de modo que cualquier solución sea realista y consistente desde el punto de vista técnico y financiero, alejada de cualquier manejo politiquero.
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