Serie: Relatos cortos (5/10)
Por Angel Manero
EL CONCURSO
En el año 1,987 ingresaste al Colegio Nacional de Imperial -CNI-
el primer año de secundaria tenía siete secciones, cuatro más que tu colegio primario. El CNI era un espacio que reflejaba la sociedad
de aquel entonces; allí estudiaban alumnos que provenían de familias acomodadas
como los que no; estudiaban alumnos muy tranquilos y también los muy inadaptados;
todos revueltos y no había mayores problemas.
Un ritual de todos los años era el concurso de matemáticas tanto
en la fase provincial como en la regional. Siempre participabas por tu grado, y en un grado
mayor participaba Omar Y. y en dos grados mayor Pedro B. El Colegio tenía un gran equipo para competir y de hecho obtenían
resultados bastante aceptables en la general y algunos primeros lugares.
Dos o tres meses previos a cada concurso había que prepararse
con el profesor asignado. Una hora extra diaria para el estudio y ustedes eran
unas esponjas, aprendían todo. Un día antes del concurso había que pasar el
sombrero por los salones para recolectar dinero para los gastos del traslado y
otros (había colaboración de los estudiantes). Lo más probable es que los
profesores tutores no recibieran un incentivo monetario para prepararlos a
ustedes, había sacrificio por el colegio, lo cual era resaltable pero no suficiente.
Años más tarde, después de haber ingresado a la UNI, te encontraste
con algunos estudiantes que habían competido contigo y descubriste que había otro
mundo alrededor de las matemáticas. Estudiantes que se preparaban en academias pre-universitarias
desde el tercer año o colegios que contrataban equipos especializados de
profesores o aportes que hacían los padres de familia para contratar profesores
asesores.
No es que sus profesores o sus padres no hayan querido brindarles
una preparación mejor; quizás no era un tema relevante o tal vez no había
una persona que asuma el liderazgo en este asunto, que ponga las metas altas y que
conozca la estrategia para ganar. Te diste cuenta que la frase “lo
importante es participar” no es suficiente y mencionarla aislada hace
daño. Es importante participar pero también lo es "salir a ganar" y para salir a ganar hay que tener estrategia y
esfuerzo. Hay que evitar llenarse los bolsillos de guerras perdidas.
El equipo que tenía el CNI en matemáticas demostró
años después, en los exámenes de admisión a las mejores universidades,
que estaban entre los primeros del país ¿Qué había cambiado? pues simplemente una buena preparación
en el lugar indicado.
Conociste lo competitivo que se ha vuelto la vida, y también
que todos están es posibilidad de ganar. Las cosas van mejor cuando encuentras
a álguien que los ayuda a definir el camino, álguien que conoce de triunfos. Cuando
compites y no ganas, no te consuelas rápidamente, tienes una noche oscura de reflexión,
pero allí queda, al siguiente día habrá nuevos retos que
enfrentar.
La vida no te dejó de enseñar, y como dice la canción “maestra
vida camará, te da y te quita, te quita y te da" En algún tiempo estabas en el mejor momento profesional y personal; y de pronto la salud te complicó unos años y de nuevo a replantearse. Entonces, es importante salir a ganar en lo que venga; pero también se debe mantener un balance personal en lo familiar y en lo espiritual; aunque estos últimos sean los concursos más difíciles de afrontar.
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