Por: Carlos Adrianzén* Economista
El Comercio
Jueves 3 de Febrero del 2011
Cuidado con lo que pides –¡lo podrías obtener!– reza una vieja maldición.
Actualmente uno de los puntos críticos de la campaña electoral es el ofrecimiento de precios estables. Algunos candidatos nos garantizarían precios estables. Si un marciano nos visitara y revisara las cifras sobre inflación, con seguridad quedaría sorprendido con nuestra sensibilidad en este tema. Bastaría con revisar las cifras de inflación (alrededor del 2% anual) para sospechar que aquí algo huele raro.
Si se tratase de un marciano con conocimientos básicos de economía, encontraría ridículo –aunque no sorprendente– que un candidato presidencial se atribuya algún mérito en esta materia. Como cualquier otra persona educada, entendería que los presidentes tienen un rol marginal en la lucha contra la inflación.
En una vuelta por el planeta vería que son los bancos centrales los responsables de la inflación. Claro, en países donde los presidentes no respetan la institucionalidad, no es tan raro que los candidatos crean que tendrán vela en este entierro.
Aquí queremos sugerirles que ignoren las ofertas de precios estables. Lo más inteligente de parte del próximo elegido es proponer personas inteligentes para el BCR, y respetar instituciones y autonomías. Y punto. En buen español: si hoy los precios son estables, el mérito es del BCR y marginalmente de los presidentes.
Esta realidad nos lleva a una reflexión: nuestros aspirantes no entienden que no son candidatos a dictadores ni que su rol en lograr precios estables será, en el mejor de los casos, de apoyo.
En un segundo plano, si además alguien revisara las declaraciones de los candidatos al Congreso, entendería algo más. Parece que muchos de los que hablan de precios estables solo hablan de controlarlos. Parecen no haber aprendido de nuestra historia.
No resultan pocos los ministros o los candidatos que se preocupan porque –a pesar de que los aranceles se han reducido– los precios de algunos medicamentos se han elevado. Hablan sin intuir que el BCR está soltando soles (para apuntalar el tipo de cambio), piden drástico control a los abusos y son incapaces de darse cuenta de que existe una institución estatal (Indecopi) cuya responsabilidad es combatir cualquier infracción a la libre competencia. No olvidemos cuánta corrupción y desabastecimiento produjeron los precios controlados de los días de la alianza Apra-Izquierda Unida, en los ochenta.
(*) Decano de la Facultad de Economía de la UPC.
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