Al final, la sensatez pudo más que las medidas apresuradas. Claro, falta el paso más importante para que la moratoria de diez años para el ingreso de semillas transgénicas aprobada la semana pasada por el Congreso se haga efectiva: que el presidente Alan García promulgue la ley. Si bien el mandatario se encuentra actualmente ocupado en dejar huellas imborrables de su gestión, se espera que disponga de tiempo en su programa de inauguraciones para revisar la autógrafa y la firme.
EDITORIAL - DIARIO GESTION
Darle más largas al asunto reflejaría que la falta de consenso en torno a este tema tan delicado prosigue. Si los congresistas fueron capaces de ponerse de acuerdo, lo menos que podrían hacer los ministros es seguir ese ejemplo. Se sabe que Antonio Brack (Ambiente) es un férreo defensor de la moratoria, pero la posición de Jorge Villasante (Agricultura) sigue siendo ambigua. Por lo visto, sus asesores siguen dando pelea.
Lo interesante de la norma es que prohíbe la importación de semillas transgénicas para el cultivo pero no para el consumo. De esa manera, por ejemplo, los industriales avícolas podrán seguir importando maíz amarillo duro modificado genéticamente para alimentar a sus aves –la producción nacional de ese grano no es suficiente para abastecer la demanda–. Con esa medida, se busca proteger la agricultura de cualquier efecto potencial, mientras se profundizan las investigaciones.
Al respecto, el proyecto de ley aprobado dispone la creación de una comisión técnica de evaluación y prevención de riesgos de uso de transgénicos, la que en dos años deberá emitir un informe. Hay que insistir en que ese grupo tendrá que ser multidisciplinario y que haga públicos los avances de su trabajo, a fin de evitar el secretismo con que el tema ha estado siendo manejado por este gobierno. El papel del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), hoy bastante reducido por falta de recursos económicos, deberá ser clave.
El nombramiento como coordinador de la transferencia de gobierno en el sector ambiental de Ricardo Giesecke, quien está a favor de la moratoria, hace pensar que el presidente electo Ollanta Humala es de la misma opinión. Entonces, lo pendiente sería formar una comisión técnica competente que ponga manos a la obra sin más dilación.
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