Javier Portocarrero M.
Diario Gestión
En los setenta se hablaba de marginalidad social para referirse al campesinado andino. Se decía que estaba marginado del progreso por ser minifundista, analfabeto y quechuahablante. Su emigración de la sierra rural a las ciudades de la costa reprodujo la marginalidad en las barriadas. Luego, la moda intelectual fue el sector informal. Primero visto como un excedente de mano de obra que no se incorporaba a la modernidad, y después como emprendedores asfixiados por el papeleo burocrático y los costos de la legalidad.
Hoy la palabra es exclusión. Pero ¿todos la entendemos igual? ¿Qué dirá el futuro Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social? ¿A quiénes, en dónde y cómo dirigirá su ayuda? Si hablamos de informalidad laboral, nos referimos a un 80% de la población. Si acotamos la meta hacia la pobreza, la cifra baja al 30%; y en el caso de la pobreza extrema, el guarismo es 10%. Es el Perú profundo, indígena y rural. Una meta razonable de abordar en el presente quinquenio gubernamental. Un 72% de esa población objetivo se concentra en la sierra; y pareciera que el programa Juntos es el que más llega allá. En 2010 gastó S/.613 millones, solo un 10% del total de programas sociales. Mientras tanto, el gasto en los programas vaso de leche y techo propio, que poco o nada llegan a los pobres extremos, sumó S/. 700 millones. El nuevo ministerio deberá examinar bien cómo expandir el gasto y cómo racionalizarlo.
Director CIES
Opinión personal
"Marginado", "informal" y/o "Excluido" diría yo que es una "jerga" en boca de los gobernantes de turno, la raíz del problema es la falta de iguales oportunidades para todos, Lima y las principales ciudades del país son las "terneras" doradas de la sociedad por la simple razón que allí se deciden la elección de los gobernantes, mientras que en los pueblitos (caserios) de la sierra en las alturas de los andes, en la orilla de los rios de la selva, o en los arenales de la costa, subsisten nuestros compatriotas con solo la bendición de Dios, es allí donde se debe llevar una EDUCACION de calidad, no mendrugos por que el peruano no es un mendigo que estira la mano en pos de una limosna, es un compatriota que espera igual presupuesto para todos. gracias
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