Industria alimentaria y avícolas son las que más importan maíz amarillo duro
Por: Nelly Luna Amancio
Domingo 1 de Mayo del 2011
El Comercio - Perú
El secretario general del Ministerio de Agricultura (Minag), Juan Carlos Requejo, sostiene que Alexander Grobman, asesor de este despacho que defiende abiertamente el ingreso de transgénicos al Perú, “no ha realizado ningún trato comercial con una empresa de transgénicos, ni siquiera a través de las empresas en las que forma parte de su directorio”. Pero lo que el Minag no aclara es si Grobman comparte sus funciones de asesor con las de presidente de los directorios de Semillas Penta S.A. y Productora Agrícola del Campo, y con las de titular de la Asociación Peruana para el Desarrollo de la Biotecnología (Perú-Biotec).
Y es que una vez que el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA) implemente el reglamento de bioseguridad, cualquier empresa comercializadora de semillas o la industria alimentaria podrá importar semillas transgénicas para sembrarlas en el país y luego venderlas. Otro asesor del Ministerio de Agricultura, William Vivanco Mackie, señala que “el Perú importa el 70% del maíz y que el maíz transgénico incrementará la productividad de los maiceros”. Calcula que con 400 mil hectáreas sembradas de este maíz en la costa, el Perú podría autoabastecerse.
Pero Grobman y Vivanco no son los únicos asesores del Ministerio de Agricultura que defienden apasionadamente el ingreso de transgénicos. Lo hace también Dow Hers Seiner Kertman, jefe del gabinete de asesores y, según la Sunat, apoderado comercial de Agroindustrial Lanchas S.A. y de Empacadora y Procesadora Huamaní S.A.C. Fue él quien declaró hace unas semanas que etiquetar los alimentos transgénicos era “una exquisitez de ricos”.
SIN ETIQUETADO
A este grupo de asesores se suma Carlos Noda Yamada, asesor del Ministerio de Economía, director ejecutivo en el Consejo Nacional de la Competitividad y asesor ad honórem de la alta dirección del Minag. Nada menos que tres cargos en el Estado. Noda ejerce su función de asesor del MEF y del Minag en la comisión que intenta reglamentar el código del consumidor para etiquetar los alimentos transgénicos.
Hace tres semanas, esta comisión, presidida por el Indecopi e integrada por representantes de los ministerios del Ambiente, Economía, Salud, Producción y Justicia, alcanzó a la PCM un reglamento consensuado sobre el etiquetado para su promulgación, pero fuentes confiables aseguraron a El Comercio que los asesores del MEF estarían dilatando su aprobación.
Esta semana intentamos conversar con el ministro de Agricultura, Rafael Quevedo Flores, que además, según la Sunat, es gerente general apoderado de Agrícola El Rocío, apoderado de Tal S.A., y gerente general de El Rocío S.A. (empresas vinculadas al cultivo de cereales, hortalizas y legumbres y a la producción avícola), pero nos informaron que su agenda estaba apretada y que concedería una entrevista tras su presentación ante una comisión del Congreso este 3 de mayo. Cabe recordar que los asesores del Minag son los mismos que fueron nombrados por el entonces titular del sector y actual ministro de Economía, Ismael Benavides.
La pregunta de fondo para analistas como Crisólogo Cáceres, presidente de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec), es a quién beneficia el ingreso y comercialización de estas semillas. Y, sobre todo, el de los cultivos más populares: la soya (que piensan sembrar en la Amazonía), el algodón y el maíz amarillo duro, pieza clave de la producción avícola y de una parte de la industria alimentaria.
“Este reglamento está diseñado para beneficiar el circuito del negocio del transgénico”, dice Cáceres. El maíz amarillo duro es uno de los productos que más se importan. Entre los principales compradores de este insumo en el país se encuentran, según la Sunat, San Fernando S.A., Corporación de Cereales, Rico Pollo S.A.C., Granja Rinconada del Sur, Redondo, Derivados del Maíz y El Rocío S.A.
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