(EL COMERCIO). Hace muy poco, hasta fines del 2009, el negocio azucarero era observado como un sector de poco interés. Los motivos: bajos precios y los entuertos alrededor de la administración de los complejos azucareros en la costa peruana. Las peleas internas y el desorden siguen presentes. Lo que ha variado y lo convierte en un negocio de gran proyección es el aumento de los precios internacionales del azúcar: de agosto del 2009 a agosto del 2011 estos crecieron en aproximadamente 80%.
Eso explica el visible desarrollo que tuvieron las empresas en los últimos dos años. Al menos, la utilidad neta de los nueve primeros meses del año de las principales empresas azucareras creció entre 15% y 30% en relación con el similar período del año pasado. Incluso la empresa San Jacinto exhibe una utilidad de 286%, según los reportes financieros exhibidos en el portal de la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV).
También se observa que algunas haciendas tuvieron problemas de producción de caña, sea por un tema del clima o por paralizaciones de los trabajadores (Pomalca y Tumán); sin embargo, las ventas fueron similares o superiores al año pasado. Ese es el caso de Casagrande, la mayor azucarera del país, que tuvo ventas por S/.430 millones entre enero y setiembre del 2011. Esto significó un crecimiento de 24% en relación con el similar período del año anterior. Igualmente, las ventas de San Jacinto y Tumán crecieron 46% y 32%, respectivamente. Esta última estuvo parada entre enero y parte de marzo a la espera, junto con la de Pomalca, de la ampliación de la protección patrimonial.
Esto se explica, claro está, porque los precios internacionales tuvieron su impacto en el mercado interno. Una bolsa de azúcar rubia de 50 kilos en el mercado de Santa Anita llegó este año a S/.125, pero hace un par de años su precio era de S/.88. Al respecto, Fernando Cilloniz, presidente de la consultora Inform@cción,
dice que las azucareras están entrando a la fase de capitalización y modernización. “Esto empezó hace unos años con el ingreso de Manuelita en Laredo, luego vino el grupo Gloria y hoy el grupo Oviedo que también está invirtiendo. El negocio está bueno, ya son dos años de excelentes precios”, comenta.
Este año, la producción de azúcar comercial será cercana al 2010. El crecimiento será de aproximadamente 8,5%. En este año se producirá 87 mil toneladas más que el 2010, según proyecta el Ministerio de Agricultura. Este sector llega a cubrir la demanda interna y genera ventas por mil millones de soles al año.
Los grupos más consolidados, como Gloria (Casagrande, Cartavio, San Jacinto, Chiquitoy y Sintuco), Oviedo (Pomalca y Tumán), Wong (Paramonga, El Ingenio), Manuelita (Laredo), El Clan (Agropucalá), comenzaron a realizar inversiones, sobre todo para ampliar la frontera agrícola y mejorar la productividad.
En lo que va del año, las azucareras del grupo Gloria, bajo el nombre de Corporación Azucarera del Perú (Coazúcar), realizaron inversiones por US$50 millones. Casagrande es la que concentra las mayores inversiones por US$36,5 millones. Gran parte se ha destinado a la construcción de una planta de refinación con una capacidad de 240 mil toneladas de azúcar al año. John Carty, gerente general de Coazúcar, comenta que dicha planta estará funcionando a comienzos del segundo trimestre del 2012.
COMPETENCIA
De esta manera, la empresa entrará a competir en el rubro de la azúcar industrial no solo con algunos jugadores locales, como Laredo, sino con importadores de Guatemala y Colombia que llegan al país con precios muy competitivos.
“Creemos que el negocio del azúcar seguirá sólido en los próximos años, debido a los problemas de producción que hay en otros países”, señala Carty.
En tanto, en Pomalca se ha invertido US$20 millones en el revestimiento de canales, la instalación de riego tecnificado para 200 hectáreas, el mejoramiento del sistema de drenaje y la perforación de 42 pozos. Antonio Becerril, gerente general de la empresa, señala que otro objetivo es incrementar el número de hectáreas con las que cuentan, aproximadamente 10 mil, mediante la adquisición de nuevos terrenos. Adelantó que están en proceso de compra de 1.200 hectáreas en la zona, pero la idea es llegar a 3 mil nuevas hectáreas de caña.
Ambas se preparan, igualmente, para ingresar al mercado del etanol. Gloria ya lleva la delantera, pues espera tener lista su planta de producción para el tercer trimestre del próximo año, con una capacidad instalada de 300 mil litros al año. “Con ese volumen se podría cubrir toda la demanda local, pero la idea también es exportar”, sostuvo Carty.
Pomalca tiene listo el perfil de inversión para arrancar el próximo año con la construcción de la planta, lo cual tomaría un año y medio. Esperan producir unos 150 mil litros de etanol al año.
Además de los mencionados subproductos de la caña, existe un potencial aún no desarrollado del sector en cogeneración en base al uso del bagazo de la caña. Uno de los pocos que ya arrancó en este experiencia es Paramonga, que ya vende 20 megavatios a la red nacional.
Becerril de Pomalca adelanta que es probable que para el próximo año inviertan US$25 millones en los nuevos calderos necesarios para generar 25 megavatios y vender a la región de Lambayeque.
POTENCIAL
“La industria azucarera tiene por desarrollar un potencial energético que requiere el norte del país”, afirma Freddy Flores, gerente general de la Asociación Peruana de Productoras de Azúcar y Biocombustibles (Appab). Refiere que en agosto del 2011, el norte del Perú tuvo que comprar 55 megavatios al Ecuador para poder enfrentar los reiterados racionamientos energéticos. “Esto ha parado la instalación de nuevas industrias en la región cuando el potencial energético de las azucareras instaladas en el norte, a partir de la combustión del bagazo, es de 127 megavatios al año”, señala.
Curiosamente, la limitación para este tipo de desarrollo es que las empresas temen perder el beneficio del 15% de pago del Impuesto a la Renta, dado por la Ley de Promoción Agraria. Solo un 20% de las ventas totales deben ser por el desarrollo de subproductos del azúcar.
Sin embargo, Alonso Morales, abogado en temas agrarios del estudio Torres y Torres Lara, considera que el principal motivo por el que las azucareras no desarrollaron más subproductos del azúcar en los últimos años, sería el que estuvieron sumidas en problemas financieros.
También es cierto que en el sector hay mucho pan por rebanar para su ordenamiento. El tema de protección patrimonial de las empresas con accionariado estatal ha sido una piedra en el zapato para el Estado. En teoría, la protección se acaba el 31 de diciembre, aunque los Oviedo señalan que al haber un cronograma de pagos no serían embargados si cumplen con ese compromiso. Curiosamente, el grupo Gloria cayó en la tentación de presentar un cronograma de pagos para un grupo de acreencias, las que terminarían de pagarse al 2022. Al respecto, Carty manifiesta que Gloria sigue pensando que no debe existir la protección patrimonial. Sin embargo, comentó que las acreencias mencionadas son parte de disputas judiciales de gestiones pasadas.
Además está pendiente el desenlace de la administración de Andahuasi, tema que ha estado envuelto en un escándalo político.
La buena noticia es, según los entrevistados, que los precios altos se mantendrán por lo menos unos años más.
Cilloniz estima que se incrementarán en los próximos años las inversiones destinadas a una mayor producción de azúcar (por ejemplo, en Piura) y también del etanol.
Esto significa que el futuro promete y que los actuales jugadores tienen la posibilidad de ordenar la casa y aspirar a ser uno de los sectores productivos más importantes del país.
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