5 de diciembre de 2008

El Perú rural y Nidia Vílchez


Reynaldo Trinidad



Mientras el agro se debate en el desconcierto por falta de definiciones correctivas en el ministerio que hoy maneja el sociólogo Carlos Leyton, a lo que se debe añadir la amenaza de una sequía en el centro-sur andino; la designación de la parlamentaria aprista Nidia Vílchez Yucra como nueva ministra de Vivienda, Construcción y Saneamiento, ha despertado fundadas expectativas en el Perú rural. Pues ella no sólo proviene de esta cantera, sino también siempre ha demostrado identificación con sus grandes causas, tal como pueden dar fe CONVEAGRO y sus bases.

En primer término, es de esperar que Nidia Vílchez ayude a hacer entender al Presidente de la República y el gabinete ministerial que la situación mayoritaria del agro es crítica y que el agravamiento de este cuadro puede resultar fatal para la seguridad alimentaria, la paz social y la gobernabilidad del país.

Y en segunda instancia, ella debe considerar que Vivienda puede y debe hacer por el campo lo mismo o más que por la ciudad, tomando en cuenta que ahí vive cerca de la tercera parte de la población nacional y que ésta alimenta a todo el país.

En consecuencia, para comenzar, Nidia Vílchez debería disponer que la tercera parte del presupuesto de su portafolio sea aplicado directamente en el campo, para los siguientes fines básicos:

1) Reacondicionamiento masivo de las viviendas altoandinas, frente a las reediciones cada vez más frecuentes y severas del friaje. Como parte de ello, se debe eliminar las calaminas que transmiten más calor o frío hacia el interior y fomentar el uso de energías limpias y renovables para prevenir y mitigar dicho fenómeno.

2) Conservación y regulación del agua para anticiparse a los efectos del calentamiento global y la desglaciación. Pues si no se hace esto de inmediato, hasta los actuales programas citadinos “Agua para Todos”, “Techo Propio”, “Mi Vivienda” y afines se convertirán en una trampa social, y

3) Desarrollo de un programa de aldeas rurales modernas (como el modelo Quispillacta en Ayacucho) y, paralelamente, otro de ciudades intermedias, para frenar la suicida sobrepoblación de las grandes urbes ya harto precarizadas. Por ejemplo, para que Lima Metropolitana no se torne invisible, se debería estimular el desarrollo planificado de Cañete y Huacho o Barranca en la costa, así como de Canta y Yauyos en los Andes.

En resumen, el Perú rural espera que, con Nidia Vílchez, Vivienda torne los ojos al campo. Pero no sólo porque ahí vive en el olvido casi el tercio de la población nacional y cuya atención resulta clave para tener seguridad alimentaria, sino fundamentalmente porque de ahí viene el agua para todos los fines.




http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas/el-per-rural-y-nidia-vilchez_28541.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Colocar su Nombre y Apellido al final del comentario.