(EL COMERCIO) A propósito de la decisión parlamentaria de postergar la venta de acciones que el Estado posee en un grupo de azucareras, es necesario y oportuno preguntar cuándo se resarcirá la antigua deuda que mantiene con los expropiados de la reforma agraria.
Son temas que se tratan como si estuvieran desvinculados y ante lo cual resulta indignante ver los distintos estándares éticos aplicados. Se olvida que tales acciones y propiedades estatales son espurias, pues provienen de la expropiación y confiscación de haciendas y tierras a sus legítimos propietarios, sin ningún pago de por medio.
Adicionalmente, debemos recordar que los intentos por actualizar y honrar los bonos de reforma agraria han sido abortados más de una vez. También que con la venta de propiedades ajenas, sobre las que se constituyeron las cooperativas, el Estado ha recaudado más que suficiente para saldar su deuda, calculada entre 3 mil millones y 5 mil millones de soles.
El asunto no aguanta más postergaciones.
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