Genética de una controversia

(EL COMERCIO) La tercera disposición complementaria final de la Ley 29571 Código de Protección y Defensa del Consumidor, promulgada en marzo del año pasado, establece que debe darse un reglamento de etiquetado de productos transgénicos. Es decir, un documento que regule el derecho a la información y a la necesidad de los consumidores de saber si los alimentos que ingieren contienen organismos genéticamente modificados.

El citado reglamento debió entrar en vigencia hace más de ocho meses, pero, inexplicablemente, su aprobación sigue siendo postergada y de ello nadie quiere hablar. Solo se sabe que la propuesta de reglamento ha sido derivada nuevamente al Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual para ser reevaluada, debido a que hay aspectos técnicos en el documento que exceden las competencias del organismo regulador. Luego el documento pasará a la Presidencia del Consejo de Ministros para su aprobación.

“Al parecer, existirían ciertas posiciones para que oficialmente este no sea aprobado”, afirma Crisólogo Cáceres, presidente de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec). “Al principio se dijo que el documento sería consultado a la Organización Mundial de Comercio, luego a la Sociedad Nacional de Industrias (SNI). ¿Qué están esperando?, se preguntó”.

EL DEBATE ESTÁ POLARIZADO

El debate sigue polarizado, por lo que es importante se publique de una vez el reglamento que propone el artículo 37 del Código de Consumo para mayor tranquilidad de los consumidores, sostiene Crisólogo Cáceres.

De un lado está la Sociedad Nacional de Industrias, cuyos asesores aseguran que el etiquetado obligatorio de alimentos genéticamente modificados es la excepción en la mayor parte de los países, por la inocuidad que presentan (basan su posición en diversos estudios). Colocar su presencia en las etiquetas debería ser voluntario, dicen.

“Realizar estos estudios de laboratorio por cada insumo tiene un costo. Si consideramos que cada análisis cuesta aproximadamente 500 euros, y si todos los meses se recibe diversos lotes de insumos, estos incrementarían los costos de producción. Al final, los precios se elevarían y afectarían no solo al consumidor final, sino también a la mediana y pequeña industria”, dijeron.

La SNI propone que se tome como referencia la experiencia de los países del Asia, como en el caso específico de Japón, que establece un límite en la presencia de transgénicos en los alimentos, a partir del 5%.

Pero las organizaciones de consumidores, que demandan la aprobación del reglamento de etiquetado de alimentos genéticamente modificados, no dan su brazo a torcer y señalan que el límite de presencia de transgénicos en un alimento debe ser establecido en 0,9%.

Una posición que respalda el presidente de la Asociación de Consumidores y Usuarios, quien asegura que con su propuesta la SNI demuestra que no ha evolucionado su posición, al querer poner obstáculos al etiquetado.

Lo real, que no está en debate, es que las leyes se han hecho para cumplirse y no para ser dejadas de lado. La promulgación del reglamento de etiquetado de alimentos genéticamente modificados sigue pendiente de aprobación y es una necesidad que las autoridades se pronuncien al respecto. Hay demasiados intereses en que este debate se quede en una mera anécdota, o en un debate simplemente técnico.

RECOMENDACIONES

Establecerían un mayor control
Trazabilidad
La transferencia de información sobre el transgénico y sus derivados en cada transacción o entrega del producto a lo largo de toda la cadena alimentaria ayudaría mucho en este proceso. El objetivo sería poder seguir el rastro de los alimentos con organismos genéticamente modificados a través de todas las etapas de producción.

Ingredientes
Debería mencionarse en la etiqueta de un producto el contenido de algún organismo genéticamente modificado, incluso los aromas y aditivos.

Información
Los datos deberían aparecer como tales en las etiquetas y no como advertencia. Así el consumidor podría tomar una decisión sin sesgos.