12 de abril de 2009

Tuvo pasta de expandirse

Se dedicó al rubro de alimentos de origen italiano, vendiendo en restaurantes y autoservicios

Por: Iana Málaga Newton
El Comercio - Perú

Bruno Carabelli nunca olvidará aquellas tardes de su infancia en las que observaba a sus abuelos preparar ravioles, cappellettis y lasañas en la cocina de su casa en Magdalena. “Ellos eran italianos y continuaron una tradición familiar que venía de muchos años”, rememora Carabelli al preguntarle cómo aprendió a elaborar todo tipo de pastas.

Aunque por un buen tiempo Carabelli se dedicó a otros negocios, en 1991 renunció a la gerencia de una fábrica de metalmecánica con la sola idea de sacarle el jugo al legado de sus abuelos. “Pero primero tenía que tecnificarme”, precisa. Por eso se fue a Italia donde compró maquinarias de última generación para empezar a fabricar pastas industrialmente.

Un año más tarde Bruno Carabelli se juntó con otros cinco socios y fundó Don Ítalo. “Empezamos en una pequeña tienda en San Isidro y en la parte trasera del local instalamos una pequeña fábrica donde se elaboraban fideos, tortellonis, ñoquis, canelones y todos los productos que aprendí a cocinar de niño”.

Lo malo es que por esas épocas el Perú afrontaba una fuerte crisis económica y Carabelli notó que si solo se dedicaba a vender pastas en su tienda, en poco tiempo sería tragado por la competencia. Por eso tocó las puertas de restaurantes, hoteles y autoservicios donde podía ofrecer sus productos.

Su estrategia demoró en cuajarse, debido al mal temporal, pero en 1995 por fin observó resultados. Y hoy su empresa es la principal proveedora de pastas especiales para los supermercados Wong, Vivanda y Tottus, y restaurantes como La Rosa Náutica y Schiaffino. Actualmente sus productos también son demandados por numerosas empresas de catering y se distribuyen en puntos estratégicos de Piura, Cajamarca, Chiclayo, Arequipa y Trujillo. “Todos los días hacemos 60 despachos y para eso contamos con seis camionetas de repartición”, dice el fundador de una empresa que puede producir hasta 10.000 kilos de pastas al día.

Pero debido a esta alta demanda de trabajo, en 1998 Carabelli cerró su tienda en San Isidro y trasladó su fábrica a la misma casa de Magdalena donde de chico aprendió a ponerle sabor a las pastas. Y como el terreno es amplio, allí instaló nuevas máquinas con las que diversificó su oferta.

De hecho, desde que su hijo Giancarlo ingresó a la empresa como gerente comercial, Don Ítalo ha desarrollado nuevos productos, como la línea de pastas Deli Chef, Pizza Fit y Don Ítalo Gourmet. “Así buscamos mantenernos por encima de la competencia que siempre nos hace recordar que nuestro negocio debe seguir mejorando”, dice este peruano de ascendencia italiana, a quien las pastas siempre lo devolverán a la niñez.

MIS CLAVES

Reforzar ventas. Don Italo cuenta con un equipo de vendedores que ofrecen pastas a diversos locales.
Especialización. Cada cierto tiempo Carabelli contrata un chef que desarrolla nuevos productos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Colocar su Nombre y Apellido al final del comentario.