Por: Cecilia Blume Abogada
El Comercio - Perú
Los apristas han presentado un proyecto de ley para limitar el tamaño de la propiedad agraria en la costa, basado en el artículo 88 de la Constitución que señala que por ley se puede fijar los límites y la extensión de la tierra según las peculiaridades de cada zona. En dos artículos se establece como límite máximo para la propiedad de la tierra 40.000 hectáreas en la costa para cualquier cultivo, y se considera como “propietario” a cualquier vinculado, según la definición de Conasev. Señala también que el Ministerio de Agricultura deberá aprobar en 90 días la zonificación agraria en todo el país, considerando las variables agroecológicas y socioeconómicas.
Si bien el proyecto presentado, como dice Jorge del Castillo, pretende ser un punto de partida para la discusión, no contiene razón alguna para limitar la propiedad de la tierra en la costa.
Lo único que señala como justificación es que las tierras de la costa tienen un mayor potencial de crecimiento agroindustrial, dado que tienen acceso a infraestructura, y que el Estado debe asegurar la existencia de la mediana propiedad agraria, evitando la concentración de la tierra agrícola y el retorno al latifundio.
El tema de la propiedad de la tierra es siempre sugerente y despierta opiniones diversas; sin embargo, un proyecto de ley debe plantear un problema y resolverlo. Pese a ello, este proyecto no explica qué es lo que pretende resolver y ello se debe a que no existe ningún problema con la tenencia de tierras en la costa del país.
Si bien se puede pensar que algunos tienen demasiadas tierras, tendría que demostrarse que esta acumulación causa perjuicios al Estado o a terceros, y hasta el momento, no se ha demostrado que una tenencia de grandes extensiones de tierra signifique un perjuicio per se.
Dado que nuestra legislación reconoce el monopolio, pero castiga el abuso de posiciones dominantes, será el Indecopi, en cada caso, quien impida el abuso de posición de dominio, analizando distintas variables como el tipo de tierras, la actividad monopólica, los competidores y el mercado relevante, entre otras.
Todos sabemos lo que pasa cuando se limitan actividades sin tener razones para ello y por esto la norma planteada abre la puerta a especulaciones. El agro peruano se destrozó a causa de la reforma agraria de 1964. Los campesinos no tuvieron ni propiedad de la tierra ni ingresos por su trabajo. Y los consumidores vivimos la escasez de productos de primera necesidad. Hoy los agricultores no solo abastecen el mercado interno, sino que exportan muchos de sus productos. ¿Por qué? Básicamente porque se ha permitido hacer de la agricultura una empresa a partir de una producción tecnificada, búsqueda de nuevos mercados y precios competitivos.
Esto significa trabajo en el campo, mejores precios para los peruanos y más impuestos por los ingresos derivados de una mayor actividad productiva. Entonces, “compañeros”, ¿cuál es el verdadero problema?
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