Por: Geoffrey Cannock Economista
El Comercio - Perú
La Célula Parlamentaria Aprista ha propuesto un proyecto de ley para establecer 40 mil hectáreas como límite máximo a la propiedad de la tierra ubicada en la costa. Si bien no se menciona en la exposición de motivos cuáles son los hechos que han impulsado esta iniciativa, estos se basarían en la reciente dinámica de adquisiciones de empresas azucareras, que ha llevado precisamente a que un grupo económico esté cerca del límite propuesto.
Para el Apra, esta sensibilidad hacia la concentración de tierras tiene sus raíces. Peter Klaren sostuvo que el inicio del Apra como movimiento político en las primeras décadas del siglo pasado se basó en el proceso de concentración de tierras de las haciendas azucareras. En 1965 Carlos Malpica, en su libro “Los dueños del Perú”, que tuvo un gran impacto en la época por su descripción de la alta concentración de la riqueza y del poder en el país, concluyó que las empresas agrarias eran uno de los grupos que llamó de poder básico. Una sola familia tenía más de 32 mil hectáreas cultivadas en la costa.
¿Es conveniente entonces establecer límites? El proyecto aduce que se evitaría un monopolio en la demanda de trabajo. Sin embargo, hoy el 83% del empleo se genera en empresas con menos de 50 trabajadores. Menos del 25% de la población vive en el área rural, mientras que en 1940, dos tercios vivía en el campo. En la agricultura comercial en la costa existe un mayor número de empresas compitiendo por ofrecer mejores condiciones para atraer personal.
También se ha sostenido que se protegería a los consumidores. Pero hoy los precios del azúcar son casi los mismos que hace nueve años. ¿Concentración de poder? Las empresas agrarias apenas figuran dentro de las primeras 100 empresas peruanas en ventas. Finalmente, se menciona como un aspecto favorable la necesidad de fomentar la pequeña y mediana propiedad. Sin embargo, la estructura de propiedad más común en el agro es el minifundio. Paradójicamente, el reciente Decreto Legislativo 1020 pretende fomentar la asociación entre las pequeñas empresas para que tengan una mayor escala en sus operaciones.
Se requiere, entonces, entender bien las razones que podrían explicar la necesidad de una mayor concentración en la industria. Por ejemplo, la cadena productiva de la caña de azúcar enfrenta nuevos retos, especialmente en productos como el alcohol y el etanol. Los TLC son precisamente una oportunidad para exportar con mayor valor, pudiéndose lograr así un mayor bienestar para los participantes de la cadena.
Dentro de los cambios ocurridos en los últimos 80 años, ahora existe una mejor institucionalidad para analizar eventuales problemas de abuso de posición de dominio. Controlar el tamaño de la tenencia de tierras implicaría emplear un instrumento de política obsoleto.
GERENTE DE ECONOMÍA APLICADA DE APOYO CONSULTORÍA.
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