(EL COMERCIO). Entre julio del 2010 y abril de este año, el precio mundial del trigo creció 120%, mientras que el del maíz 115%. En este segundo semestre comenzaron a descender, pero no del todo. Esto ha encendido nuevamente las alertas mundiales sobre una nueva crisis de alimentos, como en el 2008 en que se dispararon los precios de los principales cereales.
A un día de la celebración mundial por la alimentación, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hace un llamado a los países a trabajar el tema de la volatilidad actual de los precios, que afecta a los pobladores con menos recursos.
El representante de la FAO en el Perú, Valdir Roberto Welte, resaltó el hecho de que el Perú no es un importador neto de alimentos, una ventaja frente a otras economías. Sin embargo, la labor pendiente es mejorar el acceso de las poblaciones menos favorecidas a los alimentos, tanto por un tema geográfico como de recursos económicos.
También resaltó que el camino anunciado de mejorar las condiciones productivas de la pequeña agricultura es acertado, pues en este sector productivo descansa gran parte de la seguridad alimentaria de un país. “En el mundo existen 2.500 millones de personas que contribuyen a la agricultura familiar. Estas tendrán una importancia primordial en el futuro de la alimentación mundial. Por eso es importante incidir en que tengan mejores capacidades de producción”, sostuvo.
Hugo Fano, director general de la Oficina de Estudios Económicos y Estadísticos del Ministerio de Agricultura, comentó que las alzas del trigo y maíz de los últimos meses no fueron del todo percibidas por nuestra economía.
“En los precios del pan y fideo no hubo incrementos, sino pequeñas oscilaciones. Todo depende de la cadena productiva y la estructura de nuestra demanda. La ventaja es que estamos poco a poco dejando de ser consumidores de un número reducido a un número más grande de alimentos”, explicó.
Sin embargo, el escenario futuro en relación con el tema de los precios es incierto, reconoció Fano. Con un incremento de la productividad de la pequeña agricultura, dijo que se podrá abastecer sin problemas la demanda del país al 2020. Luego de ello, dijo que es complicado hacer proyecciones.
MÁS TIERRAS
El presidente de Cepes, Fernando Eguren, comentó que para el 2021, fecha en que seremos 33 millones de peruanos, se requerirá de 960 mil nuevas hectáreas de cultivos, si no se hace nada por mejorar los actuales rendimientos productivos del campo.
Si se trabaja en la mejora de la productividad, proyectó que esa cifra puede reducirse dramáticamente a solo 449 mil hectáreas nuevas, sin necesidad de incrementar nuestra dependencia a la importación de alimentos. Por ello, consideró impostergable la tecnificación del campo y además el diseño de una estrategia nacional de seguridad alimentaria del país.
“En la crisis del 2008, el incremento de precios provocó un déficit calórico en el 25% de los hogares peruanos (16% urbanos y 42% rurales). Esto constata nítidamente la relación que existe entre precios y seguridad alimentaria. Hay que prevenir una situación similar en el futuro”, advirtió.π
LAS CIFRAS
350 mil nuevos peruanos nacen en el país al año. Seremos 33 millones al 2021.
US$1.500 millones importamos en el 2010 en solo seis alimentos, entre ellos, el trigo y el maíz.
46% de la población total, unos 13 millones, es vulnerable a la inseguridad alimentaria.
12% de los alimentos consumidos por los peruanos son importados.
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