(LA REPÚBLICA). Miguel Caillaux negó cualquier tipo de interés personal en la norma 003-A, que podría beneficiar a los laboratorios Cerper, del que es accionista.
Francisco Cruz.
Durante la presentación de la agenda de su cartera para el país el pasado 21 de setiembre en la Comisión Agraria del Congreso, el ministro de Agricultura, Miguel Caillaux, manifestó la intención del Minag de fortalecer los controles a la entrada de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) o transgénicos, a través de algunos cambios al polémico DS 003, aprobado por la anterior administración del ex titular de Agricultura Rafael Quevedo.
Idea que reiteró el viceministro de Agricultura, Juan Rheineck, hace tan pocos días en la inauguración de Expoalimentaria 2011. “Queremos dejar en claro que no vamos a anular el decreto 003 en su totalidad, sino que aprovecharemos los aspectos positivos que tiene; motivo por el cual a este nuevo decreto que estamos elaborando lo denominaremos 003-A”.
Y aunque en un principio la idea de endurecer los controles al acceso de estos organismos parecen responder al compromiso del Ejecutivo “para que no nos den gato por liebre” –como aseguró el propio Caillaux–, según una fuente del sector (que prefirió ser no identificada), este interés respondería a beneficios personales del actual titular de Agricultura.
Ante la falta de recursos del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), que no contaría con personal ni tecnología suficiente para llevar a cabo todas las inspecciones que plantea la citada norma 003-A, sería necesario tercerizar esa labor con otros laboratorios, entre ellos Certificaciones del Perú (Cerper), antes Certificaciones Pesqueras, empresa dedicada a realizar análisis de cualidades biológicas y de calidad.
Según pudimos certificar en la web de la Sunat, Caillaux es desde junio de 1994 presidente del directorio (Cerper). No obstante, durante una comunicación telefónica indicó a La República que abandonó dicho cargo al asumir el ministerio y negó rotundamente las críticas calificándolas de ‘chismes’ de personas que buscarían atacar su gestión.
Dentro de las acusaciones a esta futura norma “003-A” que iría al Congreso en sucesivos días, está la desconfianza de que el INIA pueda controlar la entrada de semillas transgénicas a través de Callao, Paita y otros puertos, lo cual debería ser regulado por otro organismo competente.
Por otra parte, aún sigue archivado en el Legislativo el proyecto que buscaba una moratoria de 10 años para el ingreso de las semillas transgénicas al país, observado poco antes del fin del mandato del ex presidente Alan García y con Jorge Villasante como titular de Agricultura.
Y aunque Miguel Caillaux manifestó días más tarde de que tomara posesión de su cargo la intención de aplicar una moratoria de 10 años al ingreso de los OGM, parece no existir voluntad política para sacar esta ley de la congeladora.
“Hemos dejado esta decisión en manos del Congreso, que es quien debe decidir”, enfatizó Caillaux a La República.
El ministro sostuvo que tras encontrarse en un viaje aún no vio el llamado decreto ‘003-A’ y que aún no se preparó ni siquiera el borrador.
Reiteró que la función del Minag es la de proponer maneras de evitar el ingreso de estos organismos modificados al Perú, y para ello surgió la idea del nuevo proyecto (003-A).
Hay que ir por la moratoria
1] El experto agrario y consultor José Manuel Hernández indicó que el Congreso debería retomar la moratoria de los transgénicos que observó el gobierno de salida de Alan García.
2] “Puede crear suspicacias” que el ministro de Agricultura –quien siempre se mostró a favor de la moratoria– implemente otras normas como la ‘003-A’, dijo.
3] Reiteró la necesidad de una norma que obligue el etiquetado de los productos transgénicos. “Es obvio que entran transgénicos, pero ya que entran deberían mostrar su composición en la etiqueta”.
El dato
Defensa. Caillaux defendió el 21 de setiembre el llamado decreto 003-A al señalar que es necesaria la publicación del DS 003 y que es necesaria desde el 2002. “Si no tuviéramos ese DS 003 no podríamos sancionar y no podríamos prohibir, porque si no tuviéramos ese DS tendríamos la anterior ley que admite la biotecnología, pero sin una reglamentación”, afirmó. Explicó que es un complemento de la anterior norma que permite controlar aquello que ahora viene como no transgénico.
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