(EL COMERCIO). Una profesora y seis escolares se intoxicaron al comer anchoveta del Pronaa. Directora regional de Educación dice que no hay confianza en alimentos
La jefa zonal del Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (Pronaa) en Pucallpa, Dania Ochoa, está muy asustada. Seis niños y una profesora se intoxicaron el pasado jueves luego de ingerir los alimentos que distribuye la institución de la que ella es responsable en esta parte del país.
Según el director de la escuela primaria del poblado de Santa Rosa de Cashiboya, ubicado a tres horas remontando el río Ucayali desde el distrito de Contamana, en la provincia de Ucayali (Loreto), seis niños de entre 5 y 10 años, y la profesora Medaly Salas Meléndez, de 33, presentaron ronchas en la piel, cólicos abdominales y diarrea luego de almorzar anchoveta en lata.
Santa Rosa de Cashiboya es un pueblo de 40 familias y 86 de sus niños van a la escuela.
Con miedo de que se repita la tragedia de Cajamarca, donde se intoxicaron más de 80 escolares y tres fallecieron tras consumir alimentos del Pronaa, Ochoa partió al día siguiente junto a una comisión del hospital de Contamana y del Ministerio Público hacia la zona. Los niños, a su llegada, ya estaban fuera de peligro.
No hubo víctimas mortales y los análisis realizados concluyeron que se trató de una infección estomacal, informó el doctor Fredy Carrera, jefe del hospital de Contamana.
“Por suerte no hubo una tragedia, ahora todos creen que la comida del Pronaa está intoxicada”, indicó, aunque no pudo descartar la responsabilidad de la institución en la infección de estas siete personas.
A propósito de lo ocurrido en Cajamarca, se ha generado una desconfianza colectiva en Loreto sobre la calidad de los productos que distribuye ese organismo.
“Ya no hay confianza en esos alimentos”, dice Efrocina Gonzales, directora regional de Educación de Loreto.
“Hace falta una revisión urgente del Pronaa. ¿Acaso falla la capacitación de quienes preparan los alimentos? ¿O es por problemas de transporte y almacenamiento?”, pregunta.
Al parecer, en el caso de los niños intoxicados en Cashiboya, se trataría de ambas cosas. Según testigos, algunas de las latas de conserva de pescado que se consumieron el jueves pasado se encontraban en mal estado y emanaban un mal olor.
Al ser abiertas expulsaban un gas, lo que indicaría su proceso de descomposición, por lo cual preparar la comida con estos productos es una irresponsabilidad de los encargados.
CALOR, HUMEDAD
Si existiría otra razón para la descomposición de los alimentos, esta sería su transporte y almacenamiento. En Loreto el transporte por río de los productos del Pronaa puede prolongarse hasta por 15 días, como sucede con los que se envían desde Iquitos hacia El Estrecho, frontera con Colombia.
En estos viajes, tanto como en su posterior almacenamiento, quedan expuestos a las altas temperaturas y la humedad.
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